En los tiempos que corren llegar a un acuerdo parece una utopía en otros escenarios es posible y hasta fácil de lograr si las dos partes están decididas a lograr un entendimiento.
La flexibilidad, la ausencia de emociones y pensar en lo que nos va a beneficiar, a costa de que tengamos que renunciar en algunos aspectos, será el camino ideal para llegar a un acuerdo.
Cuando se han expuesto las dos posturas, llega el momento de negociar. Para ello es necesario ser flexibles y tener paciencia, ya que en estas situaciones el entendimiento es difícil de lograr a la primera.
- Acercamiento.
Cuando las posiciones están encontradas es necesario que ambas partes cedan para llegar a un terreno común. Tratar de imponernos con el tono de voz o con ademanes ni servirá de nada ni reflejará profesionalidad alguna.
- Pedir disculpas.
Si hay algo que agradezcamos todos es que nos pidan perdón. Y si por alguna razón, nuestro interlocutor se ha sentido molesto, no dudemos en pedir disculpas. No somos menos por dar este paso, al contrario. Será un puente para llegar más fácil a un acuerdo.
- Adoptar una actitud empática.
La fórmula "Comprendo que te sientas molesto" ayudan a crear un ambiente relajado y más sencillo para llegar a ese entendimiento que ambos buscan.
- Hablar sin rodeos.
Ir al grano será bien recibido por el otro. Siempre se agradece que el mensaje sea lo más claro posible. Además, evitaremos malentendidos.
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