Los agentes sociales están negociando un modelo para prolongar los ERTES más allá del final del estado de alarma y del mes de junio. El objetivo es dar aire a muchas empresas que se encuentran en dificultades y que tienen en esta herramienta una oportunidad para adaptar sus plantillas a las necesidades productivas. Pero ¿en qué punto se encuentra la negociación para prolongar los ERTES más allá de junio?
Por un lado está la cuestión temporal. ¿Hasta cuándo se van a prolongar los ERTES? Lo cierto es que la negociación se puede producir en dos fases, una primera hasta septiembre, pero con posibilidad de prórroga hasta fin de año. Y aquí siempre dependiendo del sector, del estado de la economía, de si surgen o no rebrotes que nos hagan retroceder de forma generalizada. Hay que ser flexibles para poder prolongar los ERTES pero también sacar a los trabajadores si la situación mejora.
Porque esta es la segunda cuestión que está encima de la mesa. Para la mayoría de las empresas que se acogieron a un ERTE tienen exención del pago de cotizaciones sociales por ser de causa de fuerza mayor. Lo que se está negociando es en qué medida las empresas tendrán que asumir estas cotizaciones. Porque la idea es que vayan recuperando trabajadores a medida que recuperen la normalidad.
La idea es ir retirando poco a poco estas exenciones en las cotizaciones. Pero también se plantean otras medidas que parecen lógicas. No podrán hacerse horas extra mientras haya trabajadores en el ERTE ni tampoco contratar a otros nuevos. Y también si se prolongan los ERTES el Gobierno plantea ampliar la imposibilidad de acogerse al despido objetivo por parte de las empresas.
¿Cuándo puede llegar el acuerdo? Lo cierto es que la idea del Gobierno era que hubiera ya un acuerdo de los agentes sociales para haberlo llevado hoy al Consejo de Ministros. Queda una semana de margen para cerrar el acuerdo ya que de otra manera será el Gobierno el que acabe por legislar de qué manera se prolongan estos ERTES.
La realidad es que la flexibilidad es básica para poder sacar a los empleados, pero también volver a meterlos si hay un rebrote. Los costes laborales ahogan a muchas empresas en un momento donde la facturación que hagan será fundamental para poder aguantar el resto del año. En función de la evolución de la economía, de los niveles de contagio, de como evolucione el consumo. En muchos casos las empresas están recelosas porque no saben que ocurrirá en el futuro y quizás por eso son más cautelosas a la hora de sacar a sus empleados de los ERTE.