La pyme ante el reto del horario flexible, ¿cómo implantarlo para mejorar productividad?

Uno de los principales problemas que tienen muchos empleados a la hora de conciliar su vida personal y profesional está en los horarios de entrada y salida. No todo el mundo le viene bien entrar a las nueve de la mañana y salir a las seis, en el mejor de los casos. Establecer una horquilla de horario de entrada y salida es una de las medidas más apreciadas por los trabajadores en las empresas.

Flexibilizar el horario de entrada, que en muchos casos va desde las 7:30 de la mañana hasta las 10:00 facilita que se puedan incorporar a primera hora, o incluso que se pueda dejar a los hijos en el colegio antes de ir al trabajo. El principal problema es que en las empresas más pequeñas, aquellas con menos de 10 trabajadores, puede ser un reto organizativo.

Porque esta misma horquilla de entrada se aplica también a la salida. Trabajadores que acaban a las cinco mientras otros lo hacen dos horas más tarde. Si esta dispersión horaria se aplica a toda la plantilla, las horas que comparten juntas son realmente pocas en una pequeña empresa. Si a esto se le sume la libertad para teletrabajar, una tarde o un día a la semana, la cuestión puede ser más complicada todavía. Pero no todos los trabajadores pedirán anticipar o retrasar la entrada. Es una cuestión que se puede establecer con una simple reunión. La clave es apostar de forma decidida por este tipo de soluciones desde la dirección.

Todos implicados para mejorar la eficiencia en la empresa

Pero el caso es que son medidas que funcionan, que se han aplicado sobre todo en grandes empresas y han visto como además de pequeñas mejoras en productividad, se han reducido problemas como el absentismo laboral, el estrés generado por la llegada al trabajo y los accidentes en itinere.

Además que luego son los propios trabajadores los que tienen que saber gestionar esta flexibilidad. Si tengo que desplazarme a las oficinas de un cliente y se que a determinada hora habrá más atasco en la carretera, puedo adelantar o retrasar el horario. Lo mismo cuando tenemos que realizar un trabajo y sabemos que en casa sin interrupciones o llamadas de teléfono tendremos más facilidad para acabar a tiempo.

El principal problema para aplicar este tipo de medidas está en la medición de la productividad o el cumplimiento de objetivos. Muchas empresas no son capaces de establecer una medida del cumplimiento del trabajo realizado más allá de la hora de entrada y salida. A esto hay que añadir que para una empresa pequeña, ahora que es obligatorio el registro horario es más fácil llevarlo si todo el mundo entra y sale a la misma hora.

Aunque lo cierto es que implantar medidas de este tipo puede ayudar a visibilizar la magnitud del problema de los horarios, con empleados que pasan mucho más tiempo del debido en la empresa y otros que estando menos son capaces de llevar a cabo el mismo trabajo. A la vez, el control del tiempo dedicado desde casa ayuda a visibilizar como en ocasiones trabajar en un proyecto o tarea fuera de la oficina puede ayudar a que se acabe antes con la misma.

Imagen | annca

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