Mes tras mes, trimestre tras trimestre las cifras sobre la inversión publicitaria se desploman, en la
última oleada casi un 17%, con este horizonte las perspectivas no son nada halagüeñas y sin embargo creo que debemos hacer un paréntesis en la atonía generalizada que nos rodea en el mundo del marketing, la comunicación y la publicidad ya que creo que para determinados anunciantes se plantea una
oportunidad única, aquí explico los motivos:
Las tarifas oficiales se han visto reducidas drásticamente, la escasez de demanda hace que, por una cantidad sensiblemente inferior, puedas acceder a soportes que antes eran prohibitivos, mayor número de impactos o realizar una integración de mayor número de plataformas para hacer una campaña consistente y coherente.
En un mar en el que pocos comunican o hacen inversiones en este ámbito llamar la atención es más sencillo, que no fácil, ya que hay menos competencia contra la que presentarse, así que la probabilidad de que se consiga un mayor efecto se dimensiona en la misma proporción. El impacto de nuestra pieza puede ser más eficaz.
Los soportes conforman la última parte del eslabón publicitario, pero en esa cadena hay más integrantes y miembros que aportan al proceso y en tiempos de escasez el ingenio se agudiza y puede ser un momento en el que la creatividad marque una diferencia.
No podemos bajar la guardia, si hemos invertido durante un prolongado periodo de tiempo en construir marca a fuerza de inversión publicitaria, el no proseguir con esa trayectoria puede tener un notable efecto negativo, como las dietas y su efecto rebote
En este sentido hay marcas y empresas que no se pueden permitir el permanecer en el anonimato porque ahora la oportunidad. Bajarse del carro en marcha es más peligroso que no proseguir en el camino y aquí se abre un mundo de posibilidades a pymes y autónomos que, antes por dimensión o quizá otras circunstancias, no accedíamos con facilidad.
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