Los autónomos seguirán siendo ciudadanos de segunda con la reforma laboral: ni reducción de jornada ni vacaciones de verano

Los autónomos seguirán siendo ciudadanos de segunda con la reforma laboral: ni reducción de jornada ni vacaciones de verano
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Los autónomos son la diana perfecta para el resto de trabajadores. De ellos se envidia sus horarios, el no tener que aguantar a ningún jefe o no rendir cuentas por su productividad. Pero la realidad es mucho menos positiva, según una reciente encuesta de la Asociación de Trabajadores Autónomos ATA.

Del 40% de autónomos que no cogerán vacaciones este verano, el 15% no puede permitírselo económicamente, el 16,5% dice que se lo exige la gestión del negocio y el 8, % se las tomará en otra época del año.

Y el dato más relevante, del restante que sí se tomará unas vacaciones estos meses, el 27% afirma que le será imposible desconectar y el 22% apunta que sí se tomará unos días de descanso, pero menos de los que les gustaría. Sólo un 9,1% de los autónomos encuestados asegura que cogerá vacaciones y desconectará.

Los autónomos no son para el verano

Los motivos principales por los que los autónomos no se toman vacaciones se centran en dos cuestiones: la disponibilidad que a muchos autónomos les exige el cliente, y que en ocasiones supone rescindir el contrato o la dificultad de dejar de facturar y, por ende, de ingresar, algo que un gran número de autónomos no se puede permitir.

El hecho de no contar con unos días de descanso produce en muchos trabajadores por cuenta propia la sensación de vivir para y por el trabajo. Se le puede llamar síndrome del trabajador quemado o con cualquier otro anglicismo, pero la realidad es sencilla: si no se descansa, se rinde mal y peor aún, hay más papeletas para sufrir problemas como la ansiedad, la depresión.

La reducción de la jornada laboral no afecta a los autónomos

Los autónomos son uno de los colectivos que más horas dedican a su trabajo.  Es lógico porque sus ingresos y negocios dependen de su esfuerzo y tiempo. Un asalariado trabaja 35 horas a la semana, mientras que un autónomo supera con creces las 42 horas semanales, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).

Por razones obvias, la reducción de la jornada laboral no les afectará, sin embargo, sí se beneficiarán sus empleados, en el caso de que los tengan. Desde las organizaciones más representativas de trabajadores por cuenta propia y Cepyme, avisan que las consecuencias para los pequeños negocios de reducir la jornada laboral podrían disparar los costes labores para los negocios más pequeños.

Sea como sea, tanto que las vacaciones de verano son un espejismo para una gran mayoría de autónomos cada año, como que la reducción de la jornada laboral no implicará nada positivo para este colectivo es tan cierto como que vivimos una ola de calor.

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