Hay una parte de los trabajadores que ven la opción de hacerse autónomos como una necesidad para poder llegar a final de mes. No es algo nuevo, hace mucho tiempo que ocurre, ya sea de una forma legal, dados de alta en la Seguridad Social o, una gran parte, sin que conste en ningún sitio. Al igual siguen siendo un colectivo numeroso y que va en aumento.
El principal motivo es el deterioro de las condiciones de trabajo en la empresa, tanto a nivel de salarios como de condiciones laborales. En muchos casos se intenta abrirse camino por su lado mientras se está trabajando por cuenta ajena, sin poner todos los huevos en la misma cesta.
En otros casos es justo al revés, es el autónomo el que si le ofrecen un trabajo de media jornada o a jornada completa que ve que puede compatibilizar con su actividad lo acepta sin reparos. Es una forma de asegurarse unos ingresos que está viendo como no llegan por sus propios medios.
Tanto en un caso como en otro parece que es algo que se impulsa con la nueva ley de autónomos, mejorando las condiciones para aquellos que quieren hacerse autónomos o lo son pero operan sin estar dados de alta en la Seguridad Social. El caramelito de la tarifa plana a cincuenta euros durante un año puede endulzarles a muchos la transición.
Pero es que también para aquellos que trabajan en pluriactividad, que ya tienen un empleo, van a tener un descuento muy significativo en su cotización si empiezan a realizar actividades económicas. Por supuesto, siempre la ganancia será menor que si no se declara, aunque corremos el riesgo de enfrentarnos a una sanción importante.
Lo cierto es que encontrar un trabajo estable, a jornada completa y que nos de lo necesario para cubrir nuestro mínimo vital cada vez es más complicado. Por eso quizás urge una reforma del RETA donde el tema de los autónomos a tiempo parcial quede realmente bien regulado.
En Pymes y Autónomos | 7 aspectos que se han quedado fuera de la nueva ley de autónomos
Imagen | Ryan McGuire