Una de las claves de la buena marcha de una empresa es un buen equipo de trabajo. Conseguirlo no es nada fácil. A lo largo del año surgen problemas, se producen roces y, esto es más probable a medida que aumenta la carga de trabajo. Por eso es importante saber mediar en los conflictos entre compañeros de trabajo para mejorar el ambiente laboral.
Y lo primero de todo es llevar a cabo una labor preventiva. Se trata por un lado de poner al otro en nuestro lugar y viceversa. Esto ayuda a empatizar con los problemas de nuestros compañeros, sentirlos como propios y pensar en que podemos apoyarnos en lugar de darnos la espalda para encontrar una solución.
Un equipo se construye poco a poco
Si lo que ocurre es que no hay sintonía a nivel personal, no siempre podemos ser amigos de nuestros compañeros, ya sea porque no congeniamos, por brecha generacional o cualquier otro motivo, hay que actuar con profesionalidad. Un conflicto laboral nunca puede pasar a ser algo personal, una disputa por quién se coge unas vacaciones en una fecha no puede hacer que luego no podamos colaborar juntos en una tarea.
Para esto es fundamental contar con un liderazgo dentro de la empresa. No se trata solo de un jefe que sea el que final actúe como arbitro en la disputa, sino de tener un líder cuyo criterio sea respetado y aceptado por todos los empleados, que actúe con justicia y no cree favoritismos dentro de la compañía.
Pero además la solución tiene que ser transparente, se tiene que hablar con ambas partes explicar los motivos de la misma. No se trata de discutir la solución, sino más bien de dar a conocer el criterio por el cual se toman las decisiones.
En este sentido es beneficioso escuchar y aceptar otras opiniones. No se trata de tener que dar la razón a la otra parte, sino más bien de ser receptivos a otros razonamientos que pueden llevarnos hacia otra dirección diferente a la que nosotros planteábamos tomar.
Por último no está de más proponer de tanto en tanto alguna acción que implique a toda la empresa para hacer equipo. No se trata de obligar a nadie, sino de montar alguna dinámica de vez en cuando para reforzar el sentimiento de equipo.
Todo este trabajo a lo largo del año nos ayuda a que cada uno pueda dar lo mejor de sí mismos en momentos de altas cargas de trabajo. Si por el contrario no tenemos un buen clima laboral, lo más probable es que en estos momentos de tensión se traduzcan en un cúmulo de problemas y rotación laboral justo cuando menos lo necesitamos.
Imagen | Geralt