Las estadísticas del INE reflejan de forma periódica la cantidad de horas extras que se realizan pero no se remuneran. De esta forma se dejaría con contratar a más personal que está ahora sin trabajar para que ejecutaran los trabajos que se realizan durante estas horas extras no pagadas. Y aquí está la clave del asunto, porque horas extras trabajadas y las realizadas en la empresa no son sinónimos.
Hay veces que las horas son obligadas. En muchos casos se exige que el trabajador finalice su jornada cuando cierra y acaba una serie de tareas. Otras veces es el empleado el que decide postergar su hora de salida. Tanto las primeras como las del segundo tipo se trata de un problema sistémico, donde los empleados no aprovechan las horas de estancia en la empresa realmente para estar trabajando y ejecutando las tareas que les corresponden, sino en otras cuestiones.
Es aquí cuando no empiezan a cuadrar los empleos que se podrían generar con las horas extras no pagadas. La realidad es que muchas de esas horas son improductivas. Aquí habría que diferenciar entre las que los empleados se quedan obligados, hasta que se marchan los últimos clientes de un bar y se recoge, por ejemplo, o el trabajador que espera que se marche su jefe para irse detrás. Lo cierto es que en el primer caso, el registro de jornada obligatoria sería de ayuda para evitar que se produzcan abusos.
En el segundo caso, la implantación de este tipo de prácticas, puede tener un efecto diferente, ya que el empleado que se queda de forma voluntaria, para hacer méritos, puede recibir un toque de atención por parte de la empresa. Hay dos puntos de vista, por un lado es un empleado que no aprovecha el tiempo de trabajo como los demás, que si se marchan a su hora. Por otro, sería el que realmente está sobrepasado de tareas y es necesario asignar algunas de las suyas a otros trabajadores.
No todas las horas de trabajo van a ser igual de productivas, pero es cierto que en muchos casos se pasa más tiempo haciendo tareas personales, vida social en la cafetera, que trabajo real. En este caso la implantación del registro de horas puede dejar al descubierto una baja productividad, ya que a más horas realizadas, menos productividad para hacer el mismo tipo de trabajo que sus compañeros.