La tarifa plana para los autónomos es una buena medida que puede ayudar a muchos a iniciar su negocio. Pero también tiene una parte perversa, puesto que supone una merma de ingresos importante para la Seguridad Social. Esto no sería preocupante si fuera un régimen saneado, que no es el caso. Lo cierto es que 2018 ha comenzado con más afiliados al RETA pero menos recaudación.
Porque la tarifa plana no deja de ser un parche. Si no se realiza una reforma integral del RETA que asegure su futuro se seguirá generando déficit en el sistema con este tipo de bonificaciones. Porque no todos los "emprendedores" que aprovechan la tarifa plana tienen éxito. Si este fuera el caso, dos años después pagarían la cotización completa, la aumentarían si las cosas les fueran bien para generar más derechos o contratarían a otros trabajadores.
Pero no es el caso. La tarifa plana es el parche que muchos aprovechan para darse de alta como autónomos en trabajos muy precarios. Donde la cantidad de dinero que pueden ganar es muy complicado que crezca, que aumente y donde simplemente al generar bajos ingresos la cotización no se come una gran parte de ellos.
Y hay mucha gente en esta situación. No tenemos más que ver el éxito que tuvieron en su momento las cooperativas de facturación de autónomos, que suponían una salida para poder facturar estos trabajos esporádicos o si no se llegaba al salario mínimo.
Lo mismo ocurre con los falsos autónomos, ya que muchos de ellos asumen que no van a lograr más ingresos, al ser dependientes de una única empresa. No van a generar más ingresos a la Seguridad Social, ya que en cuanto puedan buscarán otro trabajo con mejores condiciones.
Todo esto hace de la bonificación de la tarifa plana un agujero para los ingresos de la Seguridad Social que quizás debería financiarse vía presupuestos y no a través del propio sistema. Al menos mientras no se complete la reforma integral del RETA que garantice su viabilidad.
En Pymes y Autónomos | ¿Me doy de alta como autónomo?
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