Cuando de habla de la digitalización en la pyme, de la adopción de nuevas herramientas tecnológicas se asume que se va a lograr un aumento de la productividad que compense la inversión realizada. La empresa será más competitiva. Pero a la vez surgen nuevos problemas e inconvenientes que tenemos que estar preparados para resolver. Y el estrés tecnológico es uno de los aspectos olvidados de la digitalización en la pyme.
Porque una vez que se ha cambiado el proceso ya no hay marcha atrás y tiene que funcionar a la perfección. Pero el problema surge cuando no lo hace. Es en ese momento donde la empresa se da cuenta que es dependiente de una máquina, de un programa, de una conexión a Internet, etc. Y esto puede provocar un estrés con el que hay que saber convivir.
Implantación y mantenimiento de las soluciones tencológicas en la empresa
No hablamos ya de la fase de implantación, donde lo normal es tener a alguien siempre en la empresa encargado de pulir y dar la formación adecuada a lo empleados. Sino de cuando ya estamos en marcha y nos damos cuenta que no podemos hacer algo. El problema fundamental suelen ser los plazos. Resolver un problema que tiene que ver con la tecnología a veces no es tan sencillo. Y la empresa debe tener algún plan de actuación pensado para estos casos.
Un ejemplo muy sencillo es la presentación de un determinado modelo de impuestos en la Agencia Tributaria, la remisión de una baja a la Seguridad Social, etc. Y cuando vamos contrareloj aquello no funciona. Podemos ir a intentarlo a otro ordenador en la empresa, pero si tampoco funciona y no sabemos como resolverlo necesitamos ayuda. Es por eso que es importante trazar un plan B. Pero también tener alquien a quién acudir. En este sentido el servicio técnico especializado, ya sea interno o externo, en la empresa cada vez es más importante.
La digitalización se impone casi como una obligación a medio plazo. Ya sea porque la administración electrónica cada vez traslada más obligaciones a las pymes, ya sea porque para ser competitivas tienen que pensar en una forma de trabajo más eficaz.
Saber gestionar el estrés tecnológico
Pero ese momento de incertidumbre donde no sabemos si vamos a poder cumplir con nuestras obligaciones, si no llegamos a la presentación de un impuesto, si hemos perdido datos y la información de nuestra empresa ha desaparecido es importante saber gestionarlo. Y todo esto además puede afectar a la imagen de nuestra empresas o hacernos perder clientes.
Antes lo hacíamos todo con papel y funcionaba
Hay que ser conscientes de que ya no se trabaja con papel. Esto nos obliga a tener un plan de contingencia por si falla nuestro servidor, la aplicación que tenemos en la nube deja funcionar y el proveedor no nos da una respuesta rápida o tener las copias de seguridad necesarias para poder extraer los datos.
Lo importante es tener claros los pasos a seguir cuando se ha producido un problema. Saber cómo gestionarlo, resolverlo y los tiempos de parón antes de volver a la normalidad. Y cada vez será más importante saber gestionar estas cuestiones, así como estar pendientes de los posibles problemas, sin delegar absolutamente en las empresas de servicio técnico.
Por último hay que tener en cuenta otro tipo de estrés tecnológico que pueden sufrir los empleados en el día a día cuando la tecnología no cumple con las expectativas. Ya sea porque una aplicación que necesitan funciona lenta, porque la tecnología que utilizan está obsoleta, etc. son pequeñas disfunciones tolerables cuando el nivel de trabajo es bajo, pero insufribles cuando hay que ser productivos.
En Pymes y Autónomos | La transformación digital en la pyme, retos pendientes hasta 2020
Imagen | caio_triana