
Hace una o dos décadas, muchos oficios tradicionales eran vistos como salidas profesionales de segundo nivel frente a los estudios universitarios. La disyuntiva FP media y Bachillerato empezaba a escucharse por todas partes, porque los universitarios ya habían dejado de ser aquellos que mejor inserción laboral tenían.
El mercado laboral ha empezado a revalorizar los llamados empleos “de toda la vida” que hoy prometen una mayor estabilidad, salarios competitivos y, en muchos casos, escasa competencia: faltan profesionales formados. La demanda supera con creces a la oferta, y eso los convierte en una mina de oportunidades laborales.
Nuevos viejos trabajos
Varios sectores han empezado a buscar con urgencia profesionales cualificados en trabajos que parecían haber quedado relegados y, poco a poco, han ido perdiendo trabajadores.
La vieja disyuntiva entre el nivel educativo que prometía un mejor empleo y el rápido acceso al mercado laboral arrastraba también el prestigio del estudio.
- Carpinteros y ebanistas, cuya tendencia se explica por la personalización y el incremento de la demanda por lo artesanal.
- Fontaneros: instalación y mantenimiento de sistemas de agua y calefacción, donde las nuevas infraestructuras y la eficiencia energética exigen una mayor especialización.
- Electricistas, encargados de la instalación y reparación de sistemas eléctricos en un entorno que tiende a una electrificación casi total en el futuro.
Los perfiles técnicos, como los orientados a mecánica industrial, instalación de renovables, técnicos de climatización y mantenimiento o soldadores tienen cada vez un peso mayor, según este estudio de Ranstad Research.
Si bien los grados medios tienen una tasa de empleabilidad, a excepción de Sanidad y Edificación y obra Civil, ligeramente menor que los grados superiores, en ambos casos oscila entre el 75 y el 80 % y cada vez está mejor valorada como una forma de especializarse y encontrar empleo rápido.
Según CaixaBank Dualiza, entre las FPs más destacadas por empleabilidad destacan los perfiles sanitarios, informática y comunicaciones, administración y gestión, servicios socioculturales y comercio y marketing, por ese orden.
El Observatorio de la Formación Profesional de La Caixa, que pretende ofrecer una visión global de la situación actual de la FP en España, demuestra el cambio de percepción: 1 de cada 4 españoles en edad laboral tiene estudios de FP y, además, el 40 % de las ofertas de empleo son para titulados en grado medio o superior.
Por qué están volviendo
Este resurgimiento de los oficios tradicionales se debe a una combinación de factores, desde las jubilaciones masivas (vacantes difíciles de cubrir) al cambio de percepción de la FP o Formación Profesional, que se ve como una vía efectiva de acceder a empleos cualificados, con formación práctica y línea directa con el oficio.
De igual modo, la conciencia ambiental requiere de una transición energética sostenible, que ha acelerado la demanda de profesionales en fuentes renovables.
A todo ello, se suma la digitalización de ciertas profesionales (que pueden atraer a nuevas generaciones) y la mejora de las condiciones laborales y, en paralelo, también de aquellas salariales.
En conclusión, el resurgimiento de los oficios tradicionales no parece ser una tendencia pasajera, sino una respuesta a las necesidades actuales del mercado laboral. Estos empleos ofrecen una vía directa hacia la estabilidad y el crecimiento profesional, combinando la riqueza de la tradición con las oportunidades de la modernidad. Formarse y dedicarse a estos oficios puede ser una decisión estratégica y rentable en el panorama laboral actual.