Se pasan más horas en el trabajo que con la familia o la pareja, si descontamos el tiempo de sueño. Por eso no es raro que uno de cada tres empleados haya mantenido una relación sentimental en el trabajo, según un reciente estudio de Infojobs. Esto tiene una serie de consecuencias emocionales que pueden hacer complicado el día a día y enturbiar el ambiente laboral.
En concreto es un 31% de los encuestados los que declaran haber mantenido una relación sentimental con alguien del trabajo, de los cuales un 45% afirma que todavía siguen siendo pareja. Cuatro de cada cinco parejas formadas lo son entre compañeros del mismo departamento o rango. Solo un 9% ha mantenido una relación con un superior, ya sea directo o indirecto.
Pero lo cierto es que la mayoría de las relaciones se materializan fuera del trabajo, ya sea quedando a tomar algo fuera del mismo o en un encuentro casual. A esto hay que añadir, que dentro del grupo que no ha tenido relaciones, 2 de cada 10 admite haberse sentido enamorado alguna vez de compañeros de trabajo.
La ruptura de la mitad de las parejas formadas puede dar lugar a problemas laborales. Si a esto le sumamos que la relación se haya prolongado en el tiempo o no haya acabado de buena manera, al final es muy complicado separar el entorno laboral de personal. La relación no será igual ya nunca que con otro compañero. La mayoría de ellos nunca dan el paso, ya que manifiestan que para hacerlo en el entorno laboral tienen que estar mucho más seguros.
Además casi uno de cada tres encuestados creen que esta relación sentimental con alguien del trabajo puede suponer un problema para su desarrollo personal dentro de la organización. También puede afectar a la carrera profesional, con limitación de posibilidades de ascenso.
Un último aspecto a tener en cuenta es que formar pareja en la misma empresa afecta y mucho a las posibilidades de desconexión al llegar a casa. Los temas del trabajo se llevan a casa y viceversa en muchas ocasiones. Además complica la organización interna, respecto a los calendarios de vacaciones, sobre todo en las empresas más pequeñas.
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Imagen | bruce mars