La pandemia de la covid-19 continúa descontrolada en España. Tras un verano relativamente tranquilo, prácticamente no hay ninguna comunidad autónoma que se esté librando del impacto de esta segunda ola. Ante esta situación tan difícil, cada vez cobra más fuerza la idea de un toque de queda que restrinja el movimiento de los ciudadanos durante una franja horaria determinada, previsiblemente durante la noche, y en todo el territorio nacional.
Una medida que ya han decretado otros países europeos como Francia, Italia o Bélgica para frenar la expansión del virus, y el propio Ministro de Sanidad ya ha manifestado que sería una propuesta que vería con buenos ojos. Sin embargo, esta medida daría la estocada definitiva a un sector tan maltrecho como es el del ocio nocturno, y supondría un problema añadido para la hostelería.
Es una situación crítica, y así lo han manifestado los propios hosteleros. En concreto, hasta un 63 por ciento de los empresarios de cadenas de restauración no espera recuperar el volumen de actividad anteriores a la crisis del coronavirus hasta 2022 y el 26 por ciento lo sitúa al menos a un año después, según el III Anuario de la Restauración de Marca elaborado por Marcas de Restauración, elaborado por The NPD Group y KPMG.
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Los empresarios del ocio nocturno ya habían manifestado su disconformidad con las medidas de cierre impuestas durante el verano, y ya dudan de la eficacia de un posible toque de queda. Es cierto que esta medida impedirá las fiestas en los pubs y las discotecas, pero los jóvenes buscarán alternativas en fiestas clandestinas en locales privados o en los propios pisos.
En todo momento, las empresas de ocio nocturno han querido manifestar que ellos no son el problema y han denunciado la criminalización hacia su sector. Son más de 1,8 millones de personas (un dato que se ha duplicado en los últimos 20 años) las que el ocio español emplea directamente, sin mencionar industrias auxiliares, productores y proveedores, y en sus previsiones más optimistas, estiman que ya se han destruido más de 400.000 empleos en esta crisis.
Una cifra que, siendo elevada, puede no ser nada si finalmente se pone en marcha un toque de queda en toda España que podría durar varios meses.