Cuando un autónomo tiene un pequeño negocio, un par de empleados y casi los mismos gastos que ganancias, una baja laboral por parte de uno de sus trabajadores puede convertirse en un problema. Sin duda, no hablamos de una persona con una enfermedad, sino de otro perfil.
En España las bajas laborales se han disparado desde hace unos años. Tras la pandemia es cuando más se ha notado, pero el absentismo es algo que viene de lejos y supone un gasto insostenible para un pequeño empresario.
El absentismo laboral en España es un grave problema para los pequeños negocios
Cuando se produce una baja en una gran empresa el trabajo sale adelante y no supone un quebradero de cabeza a nivel económico. Sin embargo, para un pequeño negocio es sinónimo de hacer malabares con la faena y con el dinero.
Entre 2007 y 2012 un 2% de los trabajadores faltaron a su puesto por motivos de salud, en 2023 esa cifra se duplicó alcanzando el 4,1% con lo que España se sitúa junto a Francia y Portugal en el primer puesto en el ranking de absentismo laboral entre los países de la Unión Europea.
El problema real es cómo controlar o gestionar aquellas bajas que se producen sin justificación. Según recoge Europa Press estas ausencias por incapacidad temporal suponen un coste del 1,4% del PIB, dato que se refleja en el 'Estudio socioeconómico sobre la evolución de la incapacidad temporal y la siniestralidad en España', elaborado por la Umivale Activa y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Como justificación al aumento de las bajas, existe consenso sobre los tiempos de espera en la sanidad pública que lleva a los pacientes a no ser vistos por un especialista como mínimo al cabo de un mes.
Al final, todos estos problemas acaban haciendo mella en el eslabón más débil, es decir, ese negocio abierto por un autónomo que debe hacer frente a unos pagos tenga o no ingresos al acabar el mes.
Menos compromiso con la empresa y el absentismo laboral
En ese estudio se arrojan otro tipo de datos: en momentos de crisis, el absentismo deja de crecer, a la vez, que existe menos compromiso con la empresa por parte de los más jóvenes.
Una de las causas de esta falta de compromiso podría estar relacionada con la desigualdad en los sueldos y que a los jóvenes les afecta más y eso haga que estén menos comprometidos con la empresa y les sea más fácil coger una baja.
Es un tema complicado de gestionar, pero hay que encontrar una salida porque a la larga, las bajas injustificadas son un problema para todos, para el conjunto de la sociedad y para las empresas más débiles o pequeñas.
Desde la Organización Internacional del Trabajo, vinculan el tiempo de trabajo y la conciliación como una herramienta clave para evitar el absentismo. Sin embargo, siempre habrá casos donde una persona coja la baja no sea sincera y acabe perjudicando tanto al pequeño empresario como a sus compañeros.