Como líder, es tu responsabilidad asegurarte de que tu equipo no acabe siendo víctima del estrés y ayudar a la gente a centrarse en lo que realmente necesita hacerse.
Cuando la gente se distrae, puede tardar al menos veinte minutos en reenfocarse en la tarea que estaba realizando. Anima a los miembros de tu equipo a dejar de lado una hora o más cada mañana para aquellas tareas más tranquilas y proactivas.
Durante este tiempo es primordial que no haya interrupciones durante este tiempo, a menos que sea una emergencia, esto significa detener las reuniones, limitar el correo electrónico y llamadas telefónicas.
Haciendo de esto una meta del grupo, aumentarás el foco colectivo del grupo y previenes reincidencias. Además, dividir los proyectos más grandes en otros más pequeños, te permitirá reservar este tiempo en realizar esas tareas más pequeñas lo que favorecerá que se empiece a utilizar este tiempo eficazmente y mejorando la productividad mejorará.
Imagen | wokanda pix En Pymes y Autónomos | Vigila los síntomas del estrés emocional