Con el propósito de aumentar el rendimiento de los trabajadores, los empleadores invierten en una serie de cosas, desde recompensas e incentivos hasta educación y capacitación.
Pero hay una manera sorprendentemente simple de aumentar la productividad, una que es de muy bajo coste y tiene un efecto inmediato sobre la productividad de los empleados.
Diversas investigaciones sugieren que, dependiendo de con quien te sientes, influirá en tu desempeño y puede mejorar la productividad y la calidad de tu trabajo.
Entonces, si tu pretensión es enfocarte en eficiencia, es decir, tu trabajo destaca por una realización superior pero lo haces lentamente, intenta sentarte junto a alguien que complete las tareas rápidamente. Probablemente, los dos se influirán mutuamente, por un lado, tratarás de igualar la velocidad de tu compañero de trabajo y ambos intentaréis mejorar la calidad de su trabajo.
Por regla general, a la hora de distribuir el espacio de las oficinas no se repara en esta circunstancia y algo tan simple como analizar la productividad de nuestros empleados nos permitirá optimizar la productividad de todos ellos.
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