Cuando te enfrentas a una avalancha de reuniones, muchos gerentes tienden a cancelar sus reuniones uno-a-uno con sus responsables directos.
Si bien esto podría liberar algo de tiempo de inmediato, en realidad, te costará tiempo a largo plazo. No tener un cronograma de revisiones y evaluaciones predecible puede generar errores, que tendrá que corregir más adelante, o una disminución en la productividad porque las personas no tienen claro cuáles son sus prioridades.
Los empleados a menudo encontrarán otras formas menos efectivas de conectarse contigo. Es posible que comiencen a enviarle muchos correos electrónicos o te esperen fuera de tu despacho para atraparlo entre las reuniones.
Con esto lo que se consigue es que estés constantemente distraído. Para ayudar a restablecer el sentido de previsibilidad, vuelve a establecer reuniones recurrentes semanales o quincenales.
Genera compromiso de hacer lo posible por mantenerlos, incluso, si eso significa conectarse durante un período de tiempo más corto. Y sobre todo, asegúrate de que vengan preparados para que no pierda el tiempo.
Imagen | Rawpixel En Pymes y Autónomos | Reglas básicas para tener reuniones de éxito