Por regla general, tenemos interiorizado que la única forma de manejar un conflicto o desacuerdo, y más aún el ámbito laboral, es enderezar las cosas de inmediato.
Sin embargo, esto no siempre es la solución más adecuada, de hecho, nosotros tenemos una ejemplo muy mediático, la actitud ante los conflictos del Presidente del Gobierno, el Sr. Rajoy.
Es vox populi, que la forma de afrontar los problemas del Sr. Rajoy es permanecer inalterable e indiferente ante la adversidad, transmitiendo una gran inoperancia.
Siguiendo este ejemplo, a veces, la mejor opción es no hacer nada, es decir, dejar pasar el comentario o el agravio y simplemente alejarse. No hacer nada no es un escape. De hecho, lo hacemos todo el tiempo sin siquiera darnos cuenta.
Es una opción inteligente si no se tiene la energía para invertir en prepararse o tener una conversación difícil, o si sospecha que la otra persona puede no estar dispuesta a tener una discusión constructiva. Dejar ir el problema mantendrá la relación estable.
Este enfoque no funcionará sino se es capaz de dejar pasar por el alto el desacuerdo, haciéndono más propenso a tener un arrebato más tarde, o si comienza a actuar de un modo pasivo-agresivo hacia la otra parte.
Por tanto, es conveniente no hacer nada si uno es capaz de dejar atrás el conflicto. En caso contrario, mejor tratarlo cuánto antes.
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En Pymes y Autónomos | ¿Buscas el conflicto o lo evitas?