Cuando estamos en momentos de crisis económica el bien más preciado es tener trabajo. Asegurar unos ingresos. A medida que la situación va mejorando se empiezan a valorar otros aspectos del empleo, como la conciliación, un buen ambiente de trabajo o un empleo que nos haga crecer profesionalmente. Por eso aumenta el número de empleados que desean reducción de jornada, con su correspondiente merma de salario.
Según una reciente estudio de Randstad el número de empleados que desean esta reducción ha aumentado un 11,6% respecto al último año, ent total 658.200 trabajadores. Echando un vistazo a la serie histórica, todavía quedan lejos las cifras de 2007, cuando se alcanzó el número más elevado de ocupados que deseaban trabajar menos horas, con más de 1,5 millones de empleados.
No sólo se busca una mejor jornada laboral, sino también fórmulas que faciliten el trabajo flexible. De esta forma se conjuga no tener descenso de salario pero a cambio se mejora la conciliación, se reducen niveles de estrés y de logra un mejor equilibrio entre vida personal y profesional.
La conciliación es ya es segundo motivo por el que trabajar en una empresa. Es una de las mejores forma para poder atraer talento, más allá del salario que se ofrece. En este sentido este indicador ha subido 10 puntos en el último año, tomando más importancia a medida que en las familias se encuentran con una situación más desahogada.
Por último hay que añadir que el número de trabajadores que no tienen jornada completa y desean trabajar más horas, hasta completar las 40 semanales también ha descendido, pasando del 17% en 2013 al 12,3% actual. En todo caso no estaría de más que se impulsara de una vez por todas el pacto por la conciliación, o se incentivaran las jornadas continuas, del mismo modo que se aplican en verano y las empresas siguen funcionando.
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