El acuerdo entre el Ministerio de Seguridad Social y los representantes de los autónomos para cambiar el modelo de cotización es un hecho. Falta algún pequeño detalle, pero el sistema de cotización por ingresos reales echará a andar en 2023 y cambia de forma radica la fórmula de cotización del RETA. Vamos a ver las ventajas e inconvenientes del nuevo modelo y como afecta a los autónomos.
Haciendo una similitud simple, a partir de ahora los autónomos van a cotizar según sus ingresos netos, igual que ocurre con el IRPF, que nos toca un tipo u otro en función de nuestro nivel de renta. Claro que con las cotizaciones es mucho más complicado, porque no depende solo de cuánto facturamos, sino de los gastos que tenemos para desarrollar nuestra actividad, consumos, etc. Y estos datos no los tiene cada mes la Seguridad Social.
Ventajas del nuevo sistema de cotización por ingresos reales
La principal ventaja la van a tener los autónomos que tengan ingresos netos por debajo de 1.700 euros al mes, que mantienen o pagan menos cuota que actualmente.
Por un lado están los que ganan menos de 670 euros netos al mes, donde van a tener una importante rebaja en su cuota de autónomos, quedando en 200 euros cuando finalice el periodo de transición en 2025.
Por otro lado están los que van a mantener cuota, pero a cambio su nivel de prestaciones, cuando tengan una baja por incapacidad temporal, soliciten el paro de los autónomos o se jubilen será mucho mejor. Ganan en coberturas manteniendo la cuota.
Esto afecta a los seis primeros tramos de cotización y la grueso de la mayoría de los autónomos. En este sentido, podemos decir que el colectivo está más protegido y en los tramos con menores ingresos, incluso pagan menos que actualmente.
Inconvenientes del nuevo sistema de cotización por ingresos reales
Y luego están los autónomos con ingresos netos por encima de los 1.700 euros. Para empezar van a tener que pagar más, pensando que ahora podrían cotizar por la base mínima, que no todos lo hacen.
Pero también muchos de ellos pierden la opción de dividir sus coberturas. Es decir, muchos autónomos con un nivel de renta alta eligen cotizar por la base mínima, pero luego realizan aportaciones a planes de pensiones privados, planes de ahorro individualizados, etc.
Al tener que pagar más en la cotización como autónomos, muchos van a perder la posibilidad de invertir este dinero que dedicaban al ahorro futuro, y que en muchos casos, podían recuperar en un situación complicada.
Por último, se añade más complejidad burocrática. No todos los autónomos tienen ingresos regulares durante el año. Incluso muchos de ellos varían mucho de un año a otro. Y habrá que realizar una liquidación en algún momento, entre lo que hemos cotizado según los ingresos que pensábamos que íbamos a obtener y lo que realmente hemos ganado.
Más allá de todo esto una parte del colectivo piensa que este nuevo modelo abre la puerta a futuras subidas, muchos piensan que con afán recaudatorio, que puede que no estén tan consensuadas como estos tramos. Y que las coberturas sobre el papel están muy bien, pero la realidad luego hace que no todo el que las solicita llegue a tener dicha prestación.