El pesimismo que inunda a los jóvenes entre 15 y 24 años es una lacra social que hay que erradicar como sea. En el momento que una persona tiene que decidir cómo va a enfocar su vida laboral y profesional, que tiene que cuidar su formación y que debe comenzar a integrarse dentro de la sociedad, no podemos permitir desde ninguna instancia que el desánimo y la desazón inunde las expectativas del futuro del país.
Este perfil de joven piensa que vivirá en peores circunstancias que sus padres, pasa de política, se considera de centro izquierda, con buena base tecnológica pero totalmente desencantado con la situación actual que les ha tocado vivir (ver vídeo). Si en un país falla la base, la materia prima, nos falla el futuro y erradicar ese pesimismo juvenil es una labor conjunta de todos, comenzando por las instituciones, pasando por la educación y las empresas y terminando por la familia.
En referencia al área empresarial, como parte en la que podemos actuar directamente, la mayoría de empresas ofrecen expectativas cero, recurren a los contratos de formación y prácticas como fraude de ley para dinamitar las esperanzas de cualquier joven, se le suele ofrecer puestos de responsabilidad cero o si la tienen, no se remunera en absoluto y no deja de verse a la mayoría de los jóvenes como “mano de obra” y no como personas.
Esas mismas enseñanzas y prácticas laborales son las que hacen que un chico nuevo que se incorpora a una empresa pase absolutamente de todo, se resuma a la ley del mínimo esfuerzo y no encuentre ningún tipo de recompensa que le permita avanzar en su particular pirámide de Maslow. Si la sociedad no cambia y no tiene ambiciones y motivaciones, no se prospera y aunque las encuestas hay que cogerlas con pinzas, la percepción social que tengo en los jóvenes coincide mucho con los resultados de la encuesta ¿qué opinais vosotros?
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