Entre los afiliados y los que no lo son de las principales asociaciones de autónomos existe una causa común: no se sienten representados. En 2023 la misión imposible para el autónomo sigue siendo elegir a sus representantes mediante las urnas.
Mucho tendría que cambiar el panorama actual para que este hecho se diera. La representatividad de los de autónomos, está incluida en el artículo 21 de la Ley del Estatuto del Trabajo Autónomo reformado y aprobado por unanimidad del Congreso y el Senado en 2017.
2019, intento fallido de que los autónomos pudieran elegir a sus representantes
A escasas semanas de que tengamos elecciones anticipadas a nivel nacional, es buen momento para recordar que hace cuatro años se intentó cambiar el proceso por el que los autónomos no pueden elegir a sus representantes como lo haremos el próximo 23 de julio.
Todo partió de la mano de la Unión de Asociaciones de Autónomos (UATAE) en 2019. Su intención era que los autónomos eligieran en las urnas a sus portavoces.
Se dio un paso al frente para modificar el sistema vigente en la ley, según el cual el Ministerio de Trabajo otorga esta representatividad por criterios de implantación (número de trabajadores y sedes y afiliación).
¿Cómo pueden conocer los problemas reales del colectivo los dirigentes políticos si éste no se siente identificado con las asociaciones? En aquel momento parecía sencillo cambiar la norma permitiendo que los autónomos tuvieran voz y voto (lema de la iniciativa)
2023 sin equiparar los derechos de los autónomos con el resto de trabajadores
Hace cuatro años se depositaron esperanzas en los partidos emergentes. Algo lógico cuando pensamos en ideas nuevas, políticos sin pasado, sensación de que todo es posible, idealismo puro y duro.
La que escribe también ha sentido y apostado por esa emoción pero la realidad y los números nos arrojan verdades incómodas: ATA, UPTA y la mencionada UATAE son los interlocutores entre el Gobierno y los autónomos.
Hace unos años, surgió AUPA en las redes sociales, debido en parte al hartazgo del colectivo por no sentir que sus intereses eran defendidos al cien por cien por parte de las organizaciones citadas.
Parece difícil o imposible que el artículo 21 sufra modificación alguna, pero dado que nadie esperaba todo lo que ha ocurrido en los últimos cuatro años, quizás no debamos perder la esperanza de que un cambio nos sorprenda. ¿O no?