Basta con darse una vuelta por el centro de una ciudad turística de España, para comprobar que el paisaje es el mismo. Si osas dar un paseo por la tarde, los pequeños comercios mantienen sus persianas bajadas. ¿No hay un alma por las calles con las altas temperaturas?
Como todo en la vida, es relativo. Los turistas son seres que buscan la diversión, y si han pagado por visitar un lugar, son capaces de afrontar el calor y la ausencia de sombras, eso sí, no encontrarán comercios donde realizar una compra.
La ausencia de árboles y otras soluciones para el calor
El problema de muchos ayuntamientos es centrarse sólo en el bienestar del turista. Parece que las zonas donde estas personas se mueven: casco antiguo, museos, playas, etcétera es lo único que hay que cuidar.
Sin embargo, en muchos lugares de España, donde las temperaturas, unidas a la humedad, hacen complicado dar una vuelta por las tiendas tradicionales, no existe ninguna comodidad ni facilidad.
Con comodidad nos referimos a árboles, toldos y todo lo necesario para que la sombra cobije. Sin esas ayudas extra tan de sentido común, logran que tanto el turista como el ciudadano que vive todo el año, se lo piense dos veces antes de realizar sus compras en el pequeño comercio.
No son vacaciones, son tardes de ventas perdidas
Imaginemos que realizamos una compra en una tienda por la mañana y queremos devolver un producto. No sabemos si abre o no por la tarde. Esto supone un viaje perdido porque el propietario da por supuesto que nadie compra por la tarde.
Si bien es comprensible que una gran mayoría no salga, siempre existen personas osadas o sencillamente con ganas de disfrutar de sus vacaciones que sí lo hará. El ser humano es social por naturaleza y más en estas fechas.
Por no hablar de las personas que residen durante todo el año y que perciben como una falta de interés por sus necesidades, al comprobar lo desérticas que están las calles.
Es importante invertir en mejorar respecto a infraestructuras y arbolado en verano, y a la vez, optar por otros horarios que sí sean válidos cuando ya no hace tanto calor. Al fin y al cabo, se trata de vender. Y por esta razón tan simple, algunos comerciantes sí deciden abrir unas horas.