Cuando analizamos la empresa desde el punto de vista financiero, las matemáticas proporcionan unos ratios sumamente interesantes y de gran interés para valorar si la situación actual es la adecuada o, en caso contrario, tomar las medidas necesarias para corr egir esta situación.
Ya habíamos analizado algunos de ellos en posts anteriores, como la rentabilidad sobre el activo, la rentabilidad sobre los recursos propios o el EBITDA. Sin embargo, ninguno de ellos tienen en cuenta el grado de endeudamiento de la empresa cuando, en realidad, es de suma importancia conocer esta variable para no comprometer la viabilidad futura de la empresa.
La medida del endeudamiento viene determinada por la aplicación del siguiente ratio:
Endeudamiento Total = Total Deuda (Corto + Largo Plazo) / Total Pasivo
El valor de este ratio es independiente de la utilización de este endeudamiento, y debería estar en torno al 50% o el 60% para hablar de niveles razonables. Si este nivel fuese mayor se estaría comprometiendo la solvencia de la empresa y si fuese menor se estaría comprometiendo la rentabilidad. En otras palabras, cuanto mayor sea el efecto apalancamiento, mayor será la rentabilidad de los recursos a costa de una menor solvencia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un mayor grado de apalancamiento, o el endeudamiento total en relación a los recursos propios, compromete la solvencia de la empresa. Si los resultados empresariales se traducen en pérdidas, podríamos encontrarnos ante situaciones de insolvencia técnica, al ser el exigible mayor que el valor de los activos.
Por este motivo, el grado de endeudamiento es una ratio a la que hay que prestar especial atención, a pesar de que gran parte de los indicadores financieros conocidos no lo tienen en cuenta.
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