El Gobierno lo ha vuelto a hacer, el desarrollo de una nueva fase del plan de pagos a proveedores (si, otra más) priorizará el pago a aquellas empresas que acepten una quita y perdonen a las Administraciones correspondientes parte de su deuda.
Esta nueva fase del plan permitirá que las empresas con las que las Administraciones mantengan alguna deuda puedan cobrar esas facturas a partir del 1 de diciembre. Para ello deberán solicitarlo antes del 23 de octubre.
Esta nueva fase del plan nos demuestra el fracaso de los objetivos marcados por las convocatorias anteriores. Obviamente no se ha cumplido el "borrón y cuenta nueva" que se pretendía, poniendo el contador de la deuda a cero para que desde ese momento las Administraciones cumplieran los plazos de pago marcados por la Ley.
Lo que para algunos puede suponer una buena noticia, la posibilidad de cobrar, deja un trasfondo negativo. Por un lado por el sistemático incumplimiento de la Ley contra la Morosidad por parte de la Administración y el evidente perjuicio que ello supone para las empresas proveedoras.
Y por otra por el atropello que supone el doble rasero que se aplica en esta situación. A cualquier deuda que una empresa pueda contraer con la Administración se le aplican automáticamente y desde el primer día los intereses de demora correspondientes y se ponen en marcha todos los mecanismos legales para el cobro de esa deuda, aunque ello pueda poner en peligro la continuidad de esa empresa.
Por contra, cuando la deuda es a favor de la empresa, ésta no sólo no puede aplicar esos intereses de demora que la Ley le permite, has de renunciar a ellos si quieres cobrar, sino que además deberás de aplicar una quita y perder una parte del dinero al que tienes derecho.
Además esta medida perjudica precisamente a los que más urgencia tienen por cobrar, que son los que están en peor situación, ya que otros acreedores con menor problemas económicos puede permitirse "el lujo" de esperar y cobrar toda la deuda por no acudir a estos planes de pago.
En Pymes y Autónomos | La ley de morosidad es un fracaso: hasta 144 días de retraso en el pago a proveedores Imagen | pcambraf