No cabe duda que España es uno de los países con mayor tasa de desempleo de todos los países occidentales. Ante esta situación, en 2002 se aprobó la puesta en marcha del pago único de la Seguridad Social que servía para capitalizar el desempleo. Esta posibilidad permitía que muchos parados pudiesen destinar parte de su prestación por desempleo al inicio de una actividad por cuenta propia.
Esta posibilidad supuso un auténtico bálsamo para muchos parados que pudieron poner en marcha su negocio, especialmente en época de crisis. Sin embargo, con la recuperación económica y la mejora del empleo, el pago único ha dejado de ser un acicate para las personas en situación de desempleo.
Así lo atestiguan los datos datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social recogidos por LaInformación.com, que reflejan una caída del 14,4% de la capitalización por desempleo en 2018 con respecto al año anterior, el nivel más bajo desde 2005. La mayoría de beneficiarios (el 89,5%) lo utilizó para darse de alta como autónomos.
Menos de 80.000 personas utilizaron el pago único para emprender el año pasado, 13.271 personas menos que en 2018. No obstante, el número medio de días capitalizados por cada trabajador aumentó hasta alcanzar los 245 días, mientras que el importe líquido por persona trabajadora se incrementó alrededor de un 15%, hasta los 6.727 euros, la cifra más elevada desde el año 2005.
Recordemos que el pago único se puede utilizar para invertirlo directamente en una actividad económica, para abonar las cuotas a la Seguridad Social o bien una combinación de ambas posibilidades.