
En los últimos días, el Ministerio de Trabajo ha planteado a los agentes sociales una propuesta para automatizar las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI), lo que ha abierto un nuevo foco de tensión con la patronal. La iniciativa forma parte de la mesa negociadora que arrancó este lunes para adaptar al derecho español la directiva europea sobre salarios mínimos adecuados, cuyo plazo de trasposición venció el pasado 15 de noviembre.
La propuesta, que ha sido fundamentalmente verbal, incluye varios elementos relevantes para los empleadores, entre ellos la posibilidad de vincular las futuras subidas del SMI a indicadores objetivos, como el 60 % de la mediana salarial bruta o el 50 % del salario medio bruto, en línea con lo que establece la directiva comunitaria.
Qué implicaría automatizar el SMI
Hasta ahora, el Gobierno actualizaba el SMI anualmente tras un proceso de consulta con sindicatos y patronal. Sin embargo, la automatización implicaría que no fuese necesaria una negociación anual para decidir el nuevo importe, sino que este se ajustaría automáticamente conforme a criterios predefinidos. En 2025, el SMI ha quedado fijado en 1.134 euros mensuales en 14 pagas, lo que equivale a 15.876 euros anuales.
Fuentes de la negociación han señalado que también se ha debatido la posibilidad de que las subidas del SMI se apliquen automáticamente a los convenios colectivos, incluso de forma retroactiva, y se prohíba expresamente que dichas mejoras puedan ser absorbidas o compensadas por otros conceptos salariales.
Estado de la negociación
Como viene siendo habitual, la propuesta ha sido recibida con escepticismo por parte de la patronal, según informó El País. Los representantes empresariales consideran que las medidas responden únicamente a los acuerdos previos entre el Ministerio y los sindicatos, dado que la CEOE no suscribió el último pacto sobre el SMI.
Además, la patronal ha recordado que el salario mínimo actual ya cumpliría con el 60 % del salario medio, tal y como recoge la Carta Social Europea. También ha puesto en duda la validez de la directiva que se pretende trasponer, al estar recurrida ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por parte de países como Dinamarca y Suecia. En este sentido, el abogado general de la UE se ha mostrado favorable a anularla.
A pesar de este contexto, el Ministerio mantiene su compromiso de avanzar en la adaptación de la norma europea y ha anunciado que remitirá una propuesta formal por escrito antes de la próxima reunión, prevista para finales de abril.
Cómo afectará a las pymes
La automatización del SMI podría tener implicaciones relevantes para las pequeñas empresas y empleadores por cuenta propia.
Entre los puntos más destacables están:
- Costes laborales previsibles, pero recurrentes: una subida automática anual implicaría un aumento estructural de los costes, especialmente en sectores con salarios ajustados al SMI, como la hostelería o la construcción.
- Menor margen de negociación colectiva: si las subidas pasan a estar reguladas por ley y no por acuerdo anual, se limitaría el espacio de diálogo social a nivel sectorial.
- Impacto indirecto, aunque no se tengan empleados: puesto que, incluso para los autónomos sin plantilla, un incremento sostenido del SMI puede influir en precios, tarifas o condiciones de mercado, especialmente si compiten con empresas que sí están sujetas a convenios con personal asalariado.
También se ha tratado en la mesa la posibilidad de que los negociadores sindicales tengan acceso a información sobre los márgenes de beneficios empresariales por sectores, una cuestión que genera reticencias en la patronal, aunque no forma parte directamente de la directiva europea.
El debate continúa abierto y la evolución de estas negociaciones podría determinar el marco laboral y salarial de los próximos años. El efecto en el tejido empresarial español es directo, por lo que es un tema que toca hueso, como suele decirse.