La cantidad de información y documentación que se genera a diario en todas las empresas, independientemente de su tamaño, es enorme. Desde un tiempo a esta parte esta información se encuentra almacenada en soportes informáticos por su mejor manejo y consulta, pero todavía es mucha la que se imprime por cualquier motivo, incluidos temas legales o datos financieros de la compañía.
En la mayoría de las ocasiones, esta información ha de ser gestionada de forma confidencial, ya que una filtración al exterior podría resultar muy perjudicial para la compañía. Quizá el momento más crítico sea en el cual esta información deja de ser necesaria y es destruida, ya que no siempre se realiza de manera adecuada. En este sentido, ¿sería interesante contratar un servicio de destrucción de información confidencial?
Lo que este tipo de servicios buscan es que la información que se ha generado dentro de la empresa y que ya no es necesaria se elimine de manera adecuada y que ya no sea posible su acceso por ninguna persona no autorizada. Para ello cuentan con procesos químicos y mecánicos como triturado, borrado masivo, aplastamiento o reciclaje químico que hacen irrecuperable esta información.
Lógicamente, el nivel de confidencialidad de la información no es siempre el mismo, y por tanto la forma de tratamiento tampoco va a ser igual. Normalmente, este nivel de confidencialidad es determinado por la propia empresa, pero desde luego en ningún caso es recomendable que personas ajenas tengan acceso a ciertos datos legales o financieros de la compañía.
En la mayoría de ocasiones, nuestros empleados no ponen cuidado al eliminar la información crítica, ya que simplemente la depositan en los contenedores a la vista de cualquier persona, y siendo perfectamente legibles para cualquiera. Precisamente, el hecho de hacerla totalmente inservible e inaccesible es lo que hace que un servicio de este tipo sea atractivo y recomendable para desechar la información que ya no es necesaria.
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