Pedro Sánchez ha establecido un plan de choque económico en la lucha contra el coronavirus. Entre las medidas más importantes destaca una moratoria de impuestos a las pymes, que se suman a las que anunció el Consejo de ministros el pasado martes.
Aunque el presidente del Gobierno no ha detallado cómo se va a articular esta medida, sí ha anunciado que concederá aplazamientos y moratorias en el pago de impuestos a fin de facilitar el cumplimiento tributario. De este modo, el objetivo del Gobierno es que no haya ninguna empresa que sufran de impagos a la Agencia Tributaria como consecuencia de la crisis del coronavirus.
En este escenario, el Ejecutivo prevé una contracción de la demanda que puede abocar a España a una recesión económica. Por eso, su pretensión es evitar que se produzca una crisis de liquidez como la de 2008, que impida a las empresas refinanciar sus vencimientos, pagar salarios o cumplir con sus proveedores.
Además, reforzará las líneas de créditos a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Este organismo público será quien garantice el flujo de liquidez al tejido productivo con líneas especiales de crédito y de garantías.
Asimismo, en una reunión mantenida por videoconferencia con el resto de líderes comunitarios, Sánchez ha reclamado a sus socios que la eurozona habilite fondos específicos en la lucha contra el coronavirus. El presidente del Gobierno se ha referido en concreto a que sea Europa quien garantice el costes de los seguros de desempleo derivados de los despidos por enfermedad.
Evidentemente, todas estas medidas no van a ser gratuitas, y tendrán un enorme coste presupuestario. Por el momento, no se ha cuantificado el importe de todas estas medidas, especialmente coste que supondrá para el Estado asumir la incapacidad temporal de todos los afectados por el brote del coronavirus.