Que los impuestos y otros tributos son uno de los mayores obstáculos con los que tiene que lidiar las pymes y los autónomos en su día a día es algo que ya no sorprende a nadie. España cuenta con uno de los esfuerzos fiscales más elevados de toda la zona euro, y eso se nota.
Esta percepción, que en muchas ocasiones da la sensación de ser errónea o, en todo caso, sesgada, queda contrastada con la realidad que nos muestran las estadísticas elaboradas por algunos organismos, como el Instituto Nacional de Estadística.
De hecho, y según una encuesta realizada por el INE donde se muestra cuál es el entorno empresarial en España, la carga fiscal es uno de los factores que más preocupa a los empresarios españoles, especialmente los que tienen empresas más pequeñas.
Así, casi cuatro de cada diez empresas de entre uno y diez trabajadores señalan a la fiscalidad como el segundo de los aspectos que más influye en sus ventas, solo por detrás de la demanda.
Este dato contrasta con la relativa poca preocupación que muestran las grandes empresas ante cambios en la fiscalidad en su país. Para estas, tiene mucha más importancia la demanda, la regulación en materia laboral, el entorno macroeconómico o la morosidad, entre otros muchos factores.
En lo que sí parecen coincidir todas las empresas es en señalar a la evolución favorable de la demanda como el componente que mejor comportamiento ha tenido en los últimos años, fundamentalmente como consecuencia de una mejora en el entorno macroeconómico y la disponibilidad de financiación,
En Pymes y Autónomos | El principal problema de las pymes europeas es de demanda, no de financiación
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