Más allá de las dificultades que tenga la aplicación de la cotización por rendimientos netos de los autónomos, parece que no hay marcha atrás. Sobre todo porque los estudios y estadísticas indica que si se aplica la cotización por ingresos netos un 70% de los autónomos pagará más. La cuestión es cuanto más.
Porque se cifra aproximadamente en un 86% al número de autónomos que cotizan por la base mínima. De ellos aproximadamente un 70% declaran tener ingresos superiores a dicha base mínima. Por este motivo tendrían que cotizar por una base más alta. Esta es una de las razones por las que muchos simplemente prefieren dejar las cosas como están y gestionar ellos mismos sus coberturas, con seguros, inversiones o planes de pensiones privados.
O destinando este dinero que se ahorran a gasto, que de todo hay. Me parece una postura entendible si nos ponemos en la piel de estos autónomos. Luego está el otro 30%, que cotiza por la base mínima pero no llega a estos ingresos. En este caso están sobrecotizando y financiando el sistema para todos, precisamente aquellos que menos ingresos tienen. No parece justo.
Y hay que tener en cuenta que serán más todavía, dado que el incremente del SMI, aunque ya no esté directamente asociado a la base mínima de cotización, siempre traerá aparejada una subida de dicha base. Por lo tanto aumentará el número de autónomos que pagan más de lo que deberían por la cotización.
Si además tenemos en cuenta que vamos a un modelo de mercado de trabajo que cada vez demanda más flexibilidad y la figura del autónomo o profesional independiente que colabora con las empresas está cada vez más normalizada la realidad es que si queremos un régimen sostenible la libertad de elección de bases tiene que acabar.
Otra cosa es si se establecen o no tramos, liquidaciones periódicas para ajustar los pagos, etc. o que ocurre con los autónomos que empiezan o tributan por módulos. Puede que la cotización por ingresos reales no sea perfecta, pero si será un poco más justa que el sistema actual.
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