A la hora de crear un equipo de trabajo se busca que cada uno de sus miembros sea complementario sobre lo que aportan los demás. De esta forma se consigue una simbiosis positiva, de manera que la suma de todas las partes es mayor que la suma de cada una de ellas individualmente. No se trata solo se ser un buen trabajador, sino de aportar valor al equipo de trabajo.
También es importante tener vocación de colaboración. Se trata de que nuestro trabajo no frene el de los demás. Muchas veces a la hora de otorgar prioridades es más productivo apostar por sacar adelante una tarea que para nosotros no es tan importante, pero de la que dependen los demás para continuar su trabajo.
Evitar cargas al resto del equipo, tratar de ponérselo más fácil o ahorrar tiempo son otras cuestiones que cada empleado tiene que plantearse cuando trabaja dentro de un equipo. No sólo se trata de hacer bien nuestras tareas, sino que las de los demás, en lo que dependa de nosotros, sean más fáciles.
Por lo tanto además del desempeño individual, del valor que cada empleado aporta al grupo, hay que tener en cuenta cómo entrega dicho trabajo para ayudar a sacar adelante el proyecto. Puede que tengamos un empleado que es un crack en su campo, pero si no es capaz de ayudar a sus compañeros puede que el resultado global no sea el esperado.
En Pymes y Autónomos | Claves para trabajar en equipo
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