Un mal jefe es igual de nocivo para una empresa que un empleado tóxico. El término 'tóxico' suele ponernos en guardia. ¿Las personas pueden ser tóxicas? Sí, si su comportamiento repercute negativamente en el resto de compañeros, en los clientes y en la cuenta de resultados.
¿Y si resulta que son buenos trabajadores? A veces, nos sorprende ver cómo un mando intermedio trata mal a un empleado delante de los clientes. En otro contexto pensaríamos que es un grosero y alguien le llamaría la atención. Sin embargo, este perfil se queja en público, genera mal ambiente pero gusta a los jefes..., al menos a algunos.
Buen trabajador/mal compañero, pésima combinación
Los responsables de Recursos Humanos, son los primeros en admitir que en algunos procesos se toman decisiones demasiado a la ligera. Y por cubrir una plaza se contrata a una persona que no está preparada para trabajar en equipo.
La repercusión que puede tener un buen trabajador pero pésimo compañero es más importante de lo que pueda parecer. No están las cosas para dejar un empleo, pero tener que soportar a un mando intermedio, o un compañero con alguna responsabilidad que se dedica a hundir al resto con amenazas, malas caras, pésimas contestaciones, no es plato de buen gusto.
Ni la mejor de las actitudes, pensamiento positivo o disposición para ver el vaso medio lleno siempre, puede con este perfil. La prueba está en ver cómo mejor el ambiente laboral cuando ese "buen" trabajador es despedido o cambia de trabajo.
Son buenos trabajadores, ¿por qué van a ser despedidos?
Es cómodo para la empresa tener a un empleado que cumple. Sobre todo, si los jefes no suelen estar presentes en el momento en el que generan un conflicto. Que es lo habitual, por otro lado.
No, en el trabajo no es obligatorio ser amigo de tus compañeros, pero sí un buen compañero. Por una razón muy simple: todos nos necesitamos en un momento dado. Y si no eres capaz de tener habilidades sociales, fomentar el compañerismo, ¿qué sucederá el día en que necesites que te echen un cable?
Son muchas las horas que se pasan en un trabajo. No todas las personalidades han de encajar.
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¿Sabemos algo de su vida personal? ¿Sospechamos que no tenemos la misma ideología política? ¿Es un friki?
Todo eso debería darnos igual. En un mundo ideal, los trabajadores estarían integrados y conocerían a sus compañeros. De hecho, lo ideal sería poder tomar algo después de trabajar (no como costumbre habitual) para fomentar ese buen clima y que el empleado tóxico se diera cuenta de que se está perdiendo conocer a personas interesantes.
En Pymes y Autónomos|El jefe tóxico, cuando el responsable del mal ambiente en la empresa es el que manda
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