Cuando somos candidatos en un proceso de selección y vamos avanzando a lo largo del mismo hay un momento decisivo que marca nuestra futura incorporación a la empresa. Se trata de la entrevista personal, donde tenemos un contacto directo con el responsable de recursos humanos o del área a la que nos incorporaríamos, que al final tendrán la última palabra sobre el candidato elegido. Por eso vamos a ver siete errores que no podemos cometer en una entrevista de trabajo.
Por lo menos si queremos ser seleccionados para ocupar la vacante. Es un momento muy delicado, donde estamos muy cerca del final del proceso. Si hemos llegado hasta aquí es porque tenemos posibilidades de éxito. Por eso tenemos que ser especialmente cuidadosos durante esta entrevista.
No preparar la entrevista
Ya hemos comentado que es un momento crítico, y a pesar de ello, muchos no han preparado la entrevista. No saben nada de la empresa donde quieren trabajar, su filosofía en el sector en el que operan, etc. Información que muchas veces está disponible en la página web o realizando alguna búsqueda en internet para conocer también su reputación online.
También tenemos que saber responder a las preguntas más comunes que nos van a realizar, qué esperas de este trabajo, qué buscas en una nueva empresa, etc. Seguro que en más de una entrevista ya te lo han preguntado. Ahora toca ensayar bien las respuestas y prepararlas para no improvisar sobre la marcha.
No saber explicar tu currículum
Respecto a nuestras capacidades, experiencia laboral o formación, tenemos que saber explicar de forma adecuada cada uno de los puntos. Aquí tenemos la oportunidad de dar lustre a los aspectos que consideremos más destacados. Es importante saber explicar porque cambiamos de trabajo de forma adecuada. También los huecos en blanco o los vacíos en las épocas que hemos estado en paro.
Cuestionar la forma de trabajar que tiene la empresa
En algunas ocasiones las empresas en las que buscamos empleo nos explican cómo trabajan, qué actividad desarrollan o cómo se organizan. Aunque no nos guste lo que nos están contando o tenemos alguna idea que puede hacer más eficiente estos procesos, no es el momento de comunicarlo.
Ya habrá tiempo, si entramos a formar parte de la organización, de proponer alguna sugerencia o mejora. Además no suele sentar demasiado bien que alguien que no conoce la empresa quiera saber más que nosotros o nos diga cómo debemos llevar nuestro negocio.
Hablar mal de otras empresas en las que has trabajado
Si nos piden referencias de otras empresas o nuestro pasado laboral no podemos hablar mal de otras en las que estuvimos trabajando. Por mucho que no nos gustara, acabáramos quemados o no estuviéramos a gusto, o incluso que esta empresa ya tenga mala reputación en el sector, siempre existe cierto cooperativismo.
Además siempre dejamos la sensación de que si algún día cambiamos de trabajo también hablaremos mal de la empresa en la que estamos haciendo la entrevista. Lo mismo se podría aplicar si hablamos de nuestro jefe o responsable directo. Mejor hablar de una experiencia de la que también hemos aprendido.
El síndrome del trabajador quemado
Si cuando estamos en una entrevista dejamos ver que estábamos quemados como trabajadores, no nos vamos a hacer ningún favor. En todos los trabajos hay tensiones y presión. Si ya dejamos la impresión que no convivimos bien con este factor, no nos estamos haciendo ningún favor a nosotros mismos.
Dar la impresión de estar de paso
A ninguna empresa le gusta repetir el proceso de selección al cabo de unos pocos meses
En otras ocasiones vamos a una entrevista en la que sabemos que seguramente no es el trabajo de nuestra vida. Posiblemente lo hacemos porque en este momento no tenemos nada mejor, pero lo que no podemos hacer es dar la impresión de estar de paso y que vamos a cambiar de empresa a la mínima oportunidad.
Las empresas invierten tiempo y dinero en la incorporación de los trabajadores y a nadie le gusta que todo el esfuerzo se vaya por tierra al cabo de pocos meses. Se puede entender que otra empresa nos ha hecho una mejor oferta y siempre podemos ofrecerles que nos igualen, pero si damos la impresión de estar de paso o ya vamos diciendo que lo que nuestra cualificación es superior al puesto que desempeñamos, puede que quedemos automáticamente descartados.
Faltar al respeto al reclutador
No es habitual, pero tampoco es tan raro que pase. Comentarios sin importancia pueden suponer una falta de respeto. Tenemos que ser respetuosos no sólo con nuestro interlocutor, sino a la hora de expresar opiniones de clientes, otras empresas, o ex-compañeros con los que hemos tenido alguna relación.
Cuando estamos sin empleo nuestro trabajo principal es tratar de encontrarlo. Esto no pasa sólo por estar atentos a las ofertas del mercado laboral, sino también por prepararnos para momentos como el de la entrevista. Cuanto más hayamos ensayado y preparado la misma, más oportunidades tendremos para lograr ser el candidato elegido.
En Pymes y Autónomos | Tras la entrevista, el silencio
Imágenes | David Blackwell