En muchas ocasiones, y cada vez más en los últimos tiempos, me preguntan por la formación adecuada para gestionar una empresa. Desde emprendedores que quieren obtener los conocimientos necesarios para manejar su negocio hasta estudiantes o profesionales con aspiraciones a entrar a formar parte de las grandes empresas de consultoría que parece que viven ajenas a la crisis. ¿Qué carrera es mejor? ¿Cuál es el máster más adecuado? ...
Yo soy más partidario de la capacitación que de la formación, sobre todo en el caso de los emprendedores que a corto plazo deberán gestionar equipos pequeños y negocios en etapas muy iniciales. Por eso más que los estudios académicos les recomendaría la práctica y uno de los mejores ejercicios es entrenar a un equipo de niños.
Muy pocas actividades requieren de forma tan intensa un procedimiento de planificación, ejecución, evaluación y corrección de errores, una de las bases de la actividad empresarial. Y no me refiero a la actividad de los niños y a su evolución en la práctica, sino al trabajo que hay detrás de cada sesión de entrenamiento, de los objetivos a lograr en cada una y de cómo conseguir que la actividad evolucione y se logren progresos en la práctica de dicha actividad.
De igual manera que en la empresa debemos captar la atención de nuestros clientes potenciales y mantenerlos durante todo el tiempo posible, en la gestión de una actividad con niños debemos diseñar una táctica para que cada sesión sea amena y, además, sirva para que los participantes aprendan. Si nuestro producto es malo los clientes se irán, de igual manera que si el entrenamiento no engancha acabarás con un parte del grupo colgado de una portería, otros corriendo por su cuenta ajenos a la actividad y, en muchos casos el grupo se irá reduciendo con el psao del tiempo porque los niños se aburren.
¿Y qué decir de la atención al cliente? Entrenar a un equipo de niños supone lidiar con un público más exigente todavía que los propios niños, los padres. No hay mejor entrenamiento para un aspirante a empresario en lo que se refiere a adoptar una actitud paciente y a saber gestionar situaciones conflictivas que tener que aguantar los comentarios (o quejas) de los padres. Atender a las razones lógicas, mantenerse firme en las posiciones que así lo requieran pese a las "presiones" y explicar con mano izquierda que "el cliente tiene siempre la razón, excepto cuando carece de ella".
La gestión empresarial es planificación, paciencia, espíritu crítico, mejora contínua, trabajo en equipo, controlar divesos aspectos a la vez y encarar dificultades y situaciones problemáticas con habilidad. Puede que haya otras maneras de adquirir experiencia en todos estos campos, pero sin duda entrenar a un equipo de niños ayudará a ello.
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