Campañas de publicidad callejera ¿No hay alternativas mejores?

Campañas de publicidad callejera ¿No hay alternativas mejores?
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Llevo una temporada larga sin parar de preguntarme si realmente son efectivas algunas campañas de publicidad callejera molestas, que veo que están proliferando últimamente, por lo menos en el entorno en el que yo me muevo. Me refiero a las típicas campañas de buzoneo, de folleto en el parabrisas y la de la percha-folleto en la puerta de tu casa, esta última he de reconocer que me molesta especialmente y me pone de mal humor.

Como podéis ver en las imágenes que acompañan a esta entrada, para el cliente, o potencial cliente, no es desde luego muy agradable recibir estos elementos promocionales. A mi me molesta tener que sacar del parabrisas el maldito folleto (ya no te digo si me doy cuenta dentro del coche y aún encima llueve, blasfemar y acordarme de los muertos del que encargó la campaña es poco…), no me gusta que me inunden el buzón de casa de panfletos promocionales (un día voy a meter una rata dentro y el que meta la mano…) y mucho menos me gusta que me dejen una especie de percha de papel colgada de mi puerta (genial si me voy una semana de viaje y hay algún ladrón merodeando).

Y digo yo ¿No hay otras maneras de lanzar el mensaje de forma efectiva a los potenciales clientes?

Spam
Después de darle vueltas y vueltas al tema, llego a la conclusión de que esta manera de actuar es similar a la de los malditos spammers, esos que nos mandan a nuestro correo electrónico los dichosos mensajes de venta de viagra y derivados y ofertas para agrandarnos milagrosamente ciertas partes de nuestro cuerpo. Las campañas de email de los spammers, según un estudio de la Universidad de California tienen una tasa muy baja de respuesta (del orden del 0.00001%) (lo comenta Enrique Dans). Pero ¿Qué tasa de conversión puede tener una campaña de buzoneo, de panfleto en el parabrisas o de percha en la puerta?

Es difícil de medir, pero supongo que la eficacia dependerá de la oferta, de la correcta selección de los destiantarios, del momento y de muchos otros factores. Pero ¿No hay otras formas menos molestas de expandir el mensaje? A veces pienso que debería legislarse para prohibir estas campañas y, la verdad, es que la disculpa es fácil: Limpieza y medioambiente (cuantas veces hemos visto tirados los folletos de los parabrisas por la zona donde fueron repartidos), seguridad (para evitar casos como el que comentaba, en el que una percha-folleto pueda servir de indicador de “vivienda vacía”) o seguridad vial (seguro que habrás visto alguna vez a alguien conduciendo su coche con el folleto en el parabrisas porque no se dio cuenta hasta que tenía el coche en marcha).

Spam
¿Son rentables estas campañas? ¿A qué plazo (largo, corto,...)? Con la cantidad de impactos que recibimos a lo largo de las 24 horas de cada día, dudo mucho que sea fácil lograr captar la atención de las personas a las que se quiere hacer llegar el mensaje, y mucho más lograr una venta. A mi se me ocurren alternativas, como por ejemplo, dar un buen servicio y dejar que el boca a boca haga el resto. Usar la imaginación y emplear técnicas no molestas para los potenciales clientes no debe ser tan difícil, sobre todo si se aprovecha la potencia de los nuevos canales disponibles (internet, email marketing, redes sociales,...).

Ahí queda esta reflexión-protesta. Cada uno que piense lo que quiera, pero a mi me da que ya es hora de buscar otros canales más adecuados a los tiempos que corren. Personalmente, yo no presto atención a los mensajes que me vienen por los canales comentados: Tiro todos los folletos a la basura sin leerlos (¡Spam, spam, spam!, que diría Enjuto Mojamuto). Mi opinión: Va siendo hora de que los pequeños negocios, que parece que son los que más usan estos sistemas, encontremos otras formas de llegar a los clientes, pero sin molestarles.

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Imágenes | bfishadow y Pablo Herrero

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