El tamaño si importa y sobre todo si es de la letra. Basta como ejemplo la foto que ilustra el post (cortesía de @Inquiettudes) en la que podemos ver cómo el tamaño de letra puede ser un recurso visual y cognitivo de amplio alcance a la hora de presentar un texto. En ningún momento, esta publicidad es engañosa pero si es sumamente ingeniosa y presenta el típico formato que engaña al subconsciente.
Nuestro cerebro lee antes las letras grandes y rara vez las pequeñas, con lo cual la atención del futuro consumidor con el reclamo del “sexo” y “gratis” ya está conseguido. Estos dos términos obran maravillas en la mente del consumidor, uno por las asociaciones placenteras del sexo y otro por no pagar por los artículos.
Pero en este caso, la contextualización del término sexo, está referido al género por lo que su uso ha sido impecable a la hora de hacer un cartel que al menos fuerce su lectura un par de veces, al igual que recurre al gratis de la segunda unidad buscando la atención con una distribución adecuada del tamaño de letra.
Me mantengo en las tesis de que el sexo como reclamo de marketing funciona a la perfección aunque no tenga siquiera un reclamo sexual explícita o implicitamente. Simpática publicidad combinada con mucho ingenio que consigue como mínimo el impacto de transmisión de la oferta, que es lo que la empresa persigue.
Vía | Meneame
En Pymes y Autónomos | Tendencias, sexo y marketing: exito asegurado
Imagen | Inquiettudes