A estas alturas ya nos resulta raro que una empresa no esté presente en las redes sociales, ya que es algo generalmente aceptado como positivo al poseer un potencial tremendo de acercamiento al cliente, un cliente que valora a la información como un pilar fundamental para formular su decisión de compra.
Dentro de este proceso, muchas empresas están utilizando lo que se denomina el Social Media Intelligence, es decir, la explotación de la información de índole cuantitativa que desprende del uso, gustos, requerimientos, opiniones y apreciaciones que los clientes poseen sobre nuestra empresa o productos, de tal modo que los podamos utilizar como un verdadero barómetro a la hora de aproximar la eficacia y/o la oportunidad de nuestras campañas de marketing.
En definitiva, de lo que se trata es de sacar el mayor rendimiento y utilidad posibles de nuestra presencia en las redes sociales, entendiendo que ya no solo basta con los aditivos de networking o cobertura de necesidades de información, sino que ahora vamos un poco más hacia adelante, hacia una herramienta directa y con un tremendo potencial para redireccionar nuestras acciones comerciales.
En mi opinión este tipo de prácticas están aún muy en desarrollo, porque actualmente la mayoría de empresas, sobre todo las más pequeñas, no cuentan con una vasta cantidad de información, ya que en la mayoría de los casos solamente se dispone del número de visitas, de seguidores, de los famosos 'me gusta', o de algunas opiniones o recomendaciones. Creo que los esfuerzos en un futuro inmediato discurrirán por incrementar nuestras variables de control, algo que ha de hacerse de una manera sencilla para que nuestro cliente no sienta que se está rellenando una base de datos a su costa, y por supuesto, cada sector económico contará con sus propias particularidades.
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