España es un país de pequeña empresa. Es más, podríamos incluso decir que es un país de microempresa, donde muchas de las compañías tienen menos de 10 empleados. Y cuando falta uno de ellos por cualquier motivo se nota. Por eso las bajas laborales no salen gratis a la pyme, incluso aunque pague la Seguridad Social.
Si un empleado no acude a su puesto de trabajo en una microempresa, supone que el 10% de su fuerza laboral deja de estar disponible. Puede ser peor en los casos de empresas muy pequeñas. Y no siempre se puede sustituir a este empleado.
Porque para las bajas de muy corta duración lo más habitual es que no se sustituya a este trabajador. ¿Qué significa esto? Pues básicamente que sus tareas recaen en el resto de sus compañeros, que se ocupan de cubrir su hueco.
En el mejor de los casos se pueden quedar cuestiones pendientes que no sean urgentes para que se resuelvan cuando se reincorpore. Pero no siempre es posible y la sobrecarga de trabajo recae sobre el resto de compañeros.
El coste de personal supone un gasto importante para muchas empresas. No se pueden permitir contratar más personal del estrictamente necesario y suelen ir con una carga de tareas altas, con picos de trabajo que pueden llegar a desbordarles en muchos casos.
Peor todavía si hablamos de aquellos que desarrollan su trabajo a turnos, donde la falta de un compañero muchas veces no solo supone que otro lo tiene que suplir, sino que le quitan o le cambian días libres o tiene que trabajar más horas por distribución irregular de la jornada.
Por experiencia he trabajado en alguna empresa donde la espiral de abstencionismo ha acabado por crear mal ambiente entre los propios compañeros. Y eran bajas médicas en la mayoría de casos, pero otras veces ni siquiera han alcanzado esta categoría al perder uno o dos día a lo sumo. Un justificante médico era suficiente.
No es solo una cuestión económica, de quién paga la baja. La mayoría de las que son de menos de tres días no las paga la empresa, sino que se las descuentan en la nómina al empleado, pero si tienen un coste para las compañías, porque alguien tiene que sacar el trabajo adelante.