Ayer la Ministra de Trabajo planteó los dos escenarios posibles para la salida del estado de alarma en las que están trabajando. El primero de ellos es la excepcionalidad atenuada, que durará hasta el verano. Posteriormente se produciría la normalidad atenuada, el futuro que le espera a la hostelería, ocio y turismo hasta fin de año. Pero que podría prolongarse fácilmente hasta que exista una vacuna o un tratamiento efectivo contra el coronavirus.
Y hablamos de hostelería, ocio y turismo porque este es uno de los sectores, con todas los servicios auxiliares que mueve, que se verán afectados por estas medidas de normalidad atenuada y una gran crisis en su sector. Hay que decir que no se ha detallado en qué consiste, pero todo indica que el mantenimiento de las distancias sociales será clave en esta normalidad atenuada.
Parece que cuando los bares y restaurantes puedan volver a abrir no lo harán en las misas condiciones que cuando cerraron. Porque para lograr el distanciamiento será necesario una reducción de los aforos permitidos, de la cantidad de mesas que se pueden ubicar en un determinado espacio de la terraza, etc.
También se intuye que se van a tener que establecer ciertos protocolos adicionales de seguridad, sanitarios, limpieza, etc. en la vuelta a la actividad de estos establecimientos. Para la mayoría supondrá un mayor gasto en un momento donde precisamente los ingresos son nulos. Pero también una menor productividad por empleado, lo que al final supone que son menos competitivos.
Por lo tanto los locales no van a tener las mismas condiciones que antes del cierre. Por eso el Ministerio de Trabajo busca dar soluciones al sector que es responsable de una parte importante del empleo y el PIB que se genera en nuestro país. El objetivo es doble, por un lado sostener a los trabajadores para que sigan manteniendo su empleo y por otro posibilitar que las empresas puedan superar esta situación con solvencia.
Lógicamente la segunda es condición necesaria para que se mantenga el empleo, pero no suficiente. Si la empresa cierra no hay empleo que proteger. Y nadie quiere esto. Por eso se trata de consensuar en la Mesa del Diálogo Social las medidas adecuadas para que nadie quede atrás, ni empresas ni trabajadores. Esperemos que lo consigan porque el futuro de mucha gente depende de ello.
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