España es uno de los países que más ha subido el SMI en los últimos años. Con un compromiso en el horizonte que implicaba que en 2023 se alcanzaría el 60% del salario medio. Eso suponía situarlo alrededor de los 1050 euros aproximadamente. Pero ahora, en un momento de alta inflación y subidas importantes en los salarios, el SMI debería subir todavía más, algo imprescindible para los trabajadores y un sablazo inasumible para las empresas.
Porque precisamente son las rentas más bajas aquellas que más pueden sufrir la subida de precios en productos básicos o los suministros como la electricidad o el gasto de combustible.
El problema está en que este otoño muchas empresas van a comprobar realmente la recuperación económica. Los pronósticos no son buenos, en empleo, en precios y parece que habrá una contracción de la economía. Lo que para muchas implica que subir el SMI sería realmente un palo.
El pacto de rentas que se hace imprescindible
Todo esto presenta un otoño complicado en el horizonte cercano. Sin acuerdo para una subida consensuada y una cifra final que será insuficiente para unos y un abuso para otros.
Y la capacidad de acuerdo para lograr un pacto lo cierto es que parece cosa del pasado. Más todavía con un horizonte electoral cercano, donde es mucho más complicado que alguien quiera ceder para lograr dicho acuerdo.
Es aquí donde ese pacto de rentas, que según muchos es imprescindible para salir de la crisis económica provocada por la subida de precios de una forma más eficiente se antoja muy complicado, o más bien imposible.
Y habrá que subir no solo el SMI, que al fin y al cabo para muchas empresas supone una nimiedad, sino el resto de salarios de trabajadores que con la inflación disparada verán como todos reclaman no perder poder adquisitivo y son la parte principal de los costes laborales de las compañías.
Las empresas han asumido sobre sus márgenes gran parte de la subida de precios de materiales, productos, etc para no trasladar todos los costes a sus clientes. Ahora les toca cumplir con la subida del SMI marcada por el Gobierno.
Una última variable a tener en cuenta es cómo influiría la subida del salario mínimo en el empleo. Hasta ahora se han realizado los aumentos del SMI en un entorno de crecimiento prolongado, pero ahora esta tendencia no está tan clara.