España es uno de los países de la OCDE en el que más horas se trabaja, según el último estudio publicado por este organismo y recogidos por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en una nota de prensa. En concreto, en nuestro país se trabajó 1.665 horas en 2013, unas 100 horas menos que el promedio de países de la OCDE, pero casi 300 horas más que países que destacan por tener sueldos mucho más elevados, como Holanda o Alemania.
Con estos datos sobre la mesa, cabría esperar que los sueldos de los trabajadores españoles fuesen sensiblemente superiores a los sueldos de los trabajadores alemanes. Sin embargo, en 2013, el salario medio de un trabajador alemán fue de 45.170 euros, por 26.027 euros del trabajador español. Pero, ¿por qué sucede esto? La respuesta podemos encontrarla en la productividad por hora trabajada de unos y otros trabajadores.
A pesar de que muchas empresas hayan aumentado sus jornadas laborales por el mismo sueldo, trabajar más no es sinónimo de trabajar mejor o que jornadas de trabajo interminables vayan a reportar mayores beneficios a la economía. Antes bien, el factor que convierte a un país en desarrollado y competitivo es su productividad, una de las tareas pendientes del sistema económico español.
Aquí es donde Alemania nos da un buen repaso. Su productividad por hora supera los 42 euros mientras que en España la productividad se sitúa en los 32 euros. Así se entiende que, aun trabajando muchas menos horas al año, la productividad anual de los trabajadores alemanes sea mayor (53.280 euros de los españoles frente a 58.296 euros de los alemanes).
Además, se da la circunstancia de que países como Alemania cuentan con un tejido productivo basado en la producción y exportación de bienes de alto valor añadido, a diferencia de España, cuya producción se circunscribe a bienes de valor añadido medio o bajo y a una economía basada en empresas de reducida dimensión y terciarizadas.
Ahora bien, el aumento de productividad es la pescadilla que se muerde la cola. Si nuestra intención es aumentarla, es posible que nos interese reducir las horas de trabajo por el efecto motivador que tal reducción tendrá sobre los trabajadores. Sin embargo, corremos el riesgo de que el aumento de productividad no acabe llegando nunca, lo que puede provocar consecuencias nefastas para la evolución de la economía de nuestro país.
En Pymes y Autónomos | La crisis aumenta la productividad en España Imagen | carlescv