Nuestros compañeros de Motorpasión tomando como base la información de GANVAM han elaborado la gráfica que ilustra el post, analizando los resultados en un interesante artículo.
Los datos revelan la influencia de las ayudas en la evolución de las ventas, a la vista de los datos parece que las ayudas son algo imprescindible para la supervivencia del sector, ¿pero es esto realmente así? No necesariamente, las ayudas son un elemento distorsionador de esa gráfica.
El año ha terminado con unas ventas ligeramente por encima de 2009, pero ha sido exclusivamente por el efecto de ese adelanto de las ventas, como se ve muy claramente en la evolución de los niveles del año. La proximidad del fin de las ayudas, coincidente además con la subida del IVA, hizo que las ventas acelerasen para luego frenar de golpe, como era previsible.
El sector del automóvil está muy condicionado por factores externos, y acusa las crisis que se produzcan en cualquier parte del mundo; un problema en Corea, repercute en la producción y en las ventas en todo el mundo, la devaluación de una u otra moneda condiciona la evolución de un mercado que tiene que estar continuamente reajustando sus márgenes, los precios de los coches apenas varían mes a mes, aunque la materia prima con que se fabrican tenga oscilaciones en el precio.
La crisis ha afectado a este sector, como a otros, se estima que del total de parados unos 150.000 proceden del sector del automóvil, los concesionarios han reajustado sus plantillas, las marcas reducen variedad en los modelos, las fábricas producen nuevos modelos para poder subsistir gracias a lo que los concesionarios están obligados a adquirirles.
Sin las ayudas, probablemente el sector no hubiese conseguido crecer ese 3%, pero ese 3% que ha crecido ahora lo dejará de crecer en 2011 y 2012. Es decir, si (siendo optimistas) en 2011 se consiguiese crecer un 2%, si este año no hubiese habido ayudas, el crecimiento podría haber sido un 4%.
Ahora el sector necesita reinventarse, sobre todo la parte de la venta de vehículos, tiene ante si un panorama en el que toca reinventarse, tal vez volver al origen, mimar al cliente, fidelizarlo. Los objetivos no podrán volver a ser en mucho tiempo de crecimientos anuales del X%, esa burbuja también estalló.
Las ayudas y subvenciones de este tipo, no enseñan a pescar, regalan peces hasta que se acaban, eso sirve en una situación coyuntural, para salvar un pequeño bache, pero no son una solución a largo plazo.
En este caso la opción de regalar peces podría extenderse indefinidamente ya que por cada esturión de quinientos euros que soltaba el gobierno, pescaba el caviar del Iva y demás impuestos por un valor muy superior, es decir, aparentemente, lo que perdía por un lado lo reingresaba por el otro.
Pero el gobierno ha hecho lo que haría un comerciante con poca visión en una situación de crisis, subir los precios ante la bajada de ventas para subir los ingresos.
Si lo que hace que las ventas no suban sigue ahí, la medida debe continuar, hasta que la tendencia cambie realmente. Pero igual pensaron que ya habían conseguido darle la vuelta a la tendencia, se creyeron que esas cifras eran naturales y no alteradas por las ayudas.
Una perversa consecuencia de regalar peces en lugar de enseñar a pescar es que se subvenciones y ayudas se están extendiendo a otros sectores, y eso acostumbra mal al mercado creándole una dependencia, lo que al fin sólo consigue desestabilizar el mercado, creando incertidumbres en las evoluciones, haciendo muy difícil hacer previsiones, y diseñar estrategias.
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