La obsesión por establecer un sistema rápido de creación de empresas choca con el imparable ritmo de destrucción de las mismas. En muchos casos la situación económica lleva al fracaso a muchos negocios pero en otros, la mayoría, el problema no es tanto el entorno si no los errores propios. Muchos se esos errores ya aparecen en el nacimiento de la empresa y por eso deberíamos de considerar cinco cosas que hay que tener claras antes de montar una empresa.
Estos cinco aspectos son básicos y cuanto más claros estén antes de dar el paso mejor base tendremos para que la iniciativa funcione. Luego estaremos a expensas del mercado, la competencia, las finanzas, etc. Pero por lo menos el fracaso no vendrá de una mala concepción inicial.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Quién? ¿Cuánto?
En primer lugar, el hecho de montar una empresa se debe a un objetivo, ¿cuál es ese objetivo? ¿Qué pretendemos hacer con ella? ¿Cuál es la figura jurídica que mejor se adapta a lo que queremos hacer?
Segundo ¿cómo vamos a llevar a la práctica nuestro negocio? La estrategia es fundamental y debe contemplar tanto un plan de marketing, como el sistema de producción y distribución de aquello que vamos a vender, el sistema de fijación de precios, etc.
Tercer aspecto, es importantísimo definir el equipo. ¿Vamos a emprender sólo o acompañados? Si va a haber varias personas implicadas es fundamental un pacto de socios que defina aportaciones, tareas, responsabilidades y cómo tratar las posibles situaciones que se puedan dar en la relación entre los socios y entre éstos y la empresa. Además, si tenemos clara la manera de desarrollar el negocio, debemos tener cubierta, o por lo menos prevista, la incorporación de personas externas a la sociedad, trabajadores o colaboradores, que aporten conocimiento y experiencia en aquellos ámbitos a los que los emprendedores no alcanzan.
Cuarto ¿Qué cantidad de dinero necesitaremos para el negocio? ¿Disponemos de él o tenemos que conseguirlo? ¿Cuál va a ser la estrategia para capitalizarse? El plan de inversión es esencial para tener claro cuánto hace falta y dónde aplicar esos recursos. Crear un negocio es una inversión y una parte del éxito depende de cómo aplicar los recursos para que éstos produzcan la mayor rentabilidad posible.
En quinto lugar, ¿qué recursos va a generar la actividad? Prever los ingresos que se van a obtener es imposible a priori, pero sí debemos tener claros unos objetivos de ventas. Definir hitos, puntos de equilibrio financiero, a qué destinar esos ingresos, etc.
Una gran parte de las empresas que fracasan empiezan la casa por el tejado, primero la empresa y luego trazar el camino. Si lo hacemos al revés es posible que tengamos más posibilidades de éxito.
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