Si hay un sector opaco en el que cueste trabajo entrar y crecer a las empresas pequeñas, es el sector de mantenimiento y reparación de ascensores. En este sector, las grandes marcas, copan la mayoría del mercado y para las pymes, ser competitivos, tener acceso a los repuestos, dar un servicio de 24 horas... es realmente complicado si no se alcanza una cuota mínima de ascensores en mantenimiento de una manera rápida.
Pero como en todos los sectores, hay algunos que son los listos de la clase y para abaratar costes de las piezas y repuestos, qué mejor forma que robarlas directamente. Con estos robos, se matan dos pájaros de un tiro. El primero, la dificultad para obtener determinadas piezas de marcas que no suelen venderlas, la segunda, los márgenes, dado que si tu coste de adquisición tiende a cero, los beneficios son mucho más grandes. Obviamente, delincuentes de este estilo hay muchos, los últimos una banda organizada que operaba en Málaga y Jaén. Pero claro, la delincuencia tiene los pies cortos y la policia no es tonta (aunque algunas veces lo parezca) y en esta tesitura, aprendices de Al Capones tiran por la borda la pequeña estructura empresarial que tengan, dado que prefieren tirar por el camino sencillo fuera de la ley, antes que competir al nivel del resto de empresas.
En el caso particular que cito, me alegro profundamente de la intervención policial y de las consecuencias que tengan dichas actuaciones para estos ladrones de repuestos, dado que perjudicaban al resto de empresas, a las comunidades de vecinos y a los clientes de otras pequeñas empresas de mantenimiento de ascensores que piensan que todos los pequeños de todos los sectores actuan igual. Hoy en día, cualquiera se erige como empresario, aunque su empresa se asiente sobre la base del robo y la intimidación.
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