Ayer tuvo lugar la presentación del V Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, realizado por Crédito y Caución e Iberinform en el marco de la Cátedra de Cash Management impulsada por IE Business School.
De este informe destaca que más de la mitad de las empresas españolas sufren impagos significativos cuya incidencia es cada vez más elevada, circunstancia que sitúa al 14% de las mismas en riesgo su supervivencia, evidentemente, porque a este hecho hay que unir la inexistencia de crédito ni para financiar inversiones ni, por supuesto, el circulante.
Los niveles de impago del sector público siguen siendo más altos que entre las propias empresas (B2B). Según el informe el 86% de las empresas, el mayor porcentaje registrado en las diversas oleadas de este estudio, menciona la falta de liquidez como principal causa de la morosidad.
Es llamativo que se califiquen los cambios legislativos como poco eficaces a la hora de cambiar el objetivo de transformar la cultura de retraso en pagos. El 66% de las empresas admite que trabajó en 2012 con plazos de pago superiores a los previstos por la ley y las previsiones de cara a 2013 muestran una tendencia de empeoramiento y alargamiento de los plazos.
Teniendo en cuenta que el poder ejeutivo, que es quien dicta las leyes y es el primero en incumplir los plazos que marca la ley que él mismo ha promulgado, es evidente que el cambio cultural no se ha producido. Si a eso añadimos un entorno en el que el consumo cae en picado y un sistema financiero que basa su negocio en la especulación y no en la inversión en la economía productiva, con estos mimbres difícil es que los impagos se reduzcan y que cada vez haya más empresas en riesgo de desaparición.