Cuando hablamos del concepto low-cost siempre asociamos mentalmente barato y reducción de prestaciones o utilidades en simultáneo al producto. Esta filosofía además de errónea, está equivocada por todas aquellas que lo practiquen. sin ir más lejos, valga el ejemplo de la aerolínea rusa que acompaña el vídeo y el concierto en el aire que ofreció a sus pasajeros.
Con motivo de la reducción de asientos para evitar cargos aduaneros complementarios, no tuvo ningún inconveniente en ofrecer un concierto musical en vivo y en directo a sus pasajeros durante el vuelo. Espectáculo, servicios adicionales y precios no van reñidos en absoluto en el segmento low-cost.
Low-cost es operar de manera económica en productos y servicios, por debajo de los niveles de la competencia pero sin olvidar que el hecho diferencial y el valor añadido son claves del éxito a medio y largo plazo de la empresa que hay que complementar con la competencia en precios.
En Pymes y Autónomos | Pautas para emprender en modo low-cost