Cada uno de nosotros tenemos peculiaridades que nos hacen ser especialmente sensibles a determinadas circunstancias, conductas o, simplemente, hechos que nos hacen ser más irritables.
Aunque a mucha gente no le ocurre, hay personas que detestan que les interrumpan al hablar, especialmente en el ámbito profesional, donde se sienten impotentes por poder expresar su opinión de una forma clara al tener que atender las interrupciones.
Igualmente, puede ocurrir que el factor irritante venga determinado por la reiteración de las preguntas, una y otra vez, impidiendo que la conversacion sea fluida.
Para poder mantener la calma en este tipo de situaciones conviene reconocer nuestras emociones y pensar qué es lo que hace que reaccinamos de un determinado modo.
Es decir, si que nos interrumpan provoca nuestro indignación y una mala reacción por nuestra parte, lo conveniente es reconocer qué lo desencadena para poder tomar una decisión consciente para redirigir nuestras emociones. A continuación, lo que habrá que hacer en abstraernos de la situación.
En la mayoría de los casos, que se produzcan este tipo de situaciones vienen determinadas porque nosotros lo interpretamos como un ataque personal, pero, que pasaría si ese comportamiento no fuera con nosotros. De hecho, si nos imaginasemos viendo que la situación le pasa a otra persona, ¿cómo entenderáimos que es la mejor forma de responder?.
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