Seguimos esperando por la publicación en el BOE de la Ley de Emprendedores, a pesare de que ya hace ocho días que se aprobó. Sin embargo tenemos acceso, a través del Boletín Oficial de las Cortes, al contenido de la misma y nos podemos encontrar con algunas novedades. Una de ellas es la creación de una nueva figura, sí otra más, llamada miniempresa o empresa de estudiantes.
Básicamente se trataría de una "herramienta pedagógica" que todavía debe desarrollarse reglamentariamente, pero que podría realizar actividades económicas, transacciones, emitir facturas y abrir cuentas bancarias. Se trataría de pseudoempresas que podrían funcionar en el mercado real bajo una serie de premisas.
Quedan por determinar los requisitos para su creación, si bien se sabe que deberán funcionar bajo al amparo de una entidad promotora (universidad u otras). También habrá que fijar los límites al estatuto de miniempresa o empresa de estudiantes y los modelos que facilitarán el cumplimiento de sus obligaciones tributarias y contables.
Además tendrán una duración limitada a un curso escolar prorrogable a un máximo de dos cursos escolares. Deberán liquidarse al final del año escolar presentando el correspondiente acta de liquidación y disolución.
Seamos bien pensados, se trata de dar a los estudiantes una herramienta para que "experimenten" con el emprendimiento en un entorno real, más o menos controlado, y que esto les sirva de incentivo y de experiencia para que, una vez terminados sus estudios, hacerlo sin limitación alguna.
Ahora pongámonos en la realidad. ¿No puede ser que esas limitaciones supongan un problema que haga que éstas empresas fracasen a las primeras de cambio y en lugar de incentivar sirvan para frustrar la iniciativa emprendedora? Por otro lado, si el negocio va bien pero antes o después te obligan a cerrarlo y empezar de nuevo ¿qué garantía hay de que el segundo intento tenga el mismo resultado que el primero?
Pero vayamos más allá, introducir en el mercado real a este tipo de entidades puede tener un efecto distorsionador que afecte al resto de empresas "normales" ¿Cotizarán o no los estudiantes que tengan este tipo de empresas? ¿Podrán contratar trabajadores? ¿Qué impuestos pagarán? ¿Supondrán estos aspectos una serie de ventajas respecto al resto que puedan desembocar en una competencia desleal que ponga en más dificultades al resto?
No creo que la creación de nuevos tipos de empresas ayude a fomentar el emprendimiento. Más bien lo positivo es que hubiera menos modalidades y las que existieran tuvieran más facilidades para operar. Desgraciadamente la tendencia es la contraria.´
En Pymes y Autónomos | Ley de Emprendedores Imagen | Universidad EAFIT