Es lo que nos espera a partir del próximo lunes, y la cuestión no tiene visos de solventarse en este fin de semana. Todas las huelgas afectan al resto del tejido económico, pero una de transportes con un amplio seguimiento, tiene un profundo calado. Ya se está poniendo encima de la mesa los riesgos de desabastecimiento que pueden sufrir servicios básicos para todos ls ciudadanos como combustible o alimentos básicos.
Ni que decir tiene que si nos referimos al tejido industrial, los efectos son inmediatos; Si las materias primas no llegan a las fábricas y de fábrica no salen artículos terminados al pequeño comercio, el riesgo de colapso a corto plazo en el supuesto de una huelga de transportes con mucho seguimiento es inminente.
Las demandas del sector se centran en el elevado precio del gasoil, y argumentan que no les permite siquiera cubrir costes. Como contrapartida, le exigen al gobierno que articulen las medidas oportunas para que el negocio del transporte sea rentable. Resumiendo, que "Papá Estado" asuma las pérdidas. Vamos no pedimos vehículos con combustibles alternativos, ni mejoras en la red de carreteras, ni infraestructuras adicionales a la carretera como mejoras en la red ferroviaria.
¿De verdad creéis que a día hoy no es rentable el transporte? ¿No será que el sector teme que mañana deje de serlo y pide soluciones para vacunarse contra la que se avecina? La lógica recomienda a cualquier empresario subir los precios para mejorar la rentabilidad si no puedes disminuir tus costes, o directamente cerrar el chiringuito si no eres competitivo por tener los precios por encima de las demandas del mercado.
¿Que debe hacer el gobierno en este entuerto? ¿Ceder al chantaje del transporte, o mostrarse inflexible frente a sus demandas? El transportista autónomo que depende de su camión o su furgoneta de reparto, dudo mucho que pueda mantener durante mucho tiempo su negocio cerrado, dado que como bien todos los autónomos saben, si no trabajas no cobras, pero las letras hay que seguir pagándolas, por lo que creo que más que una huelga seria e indefinida se trata de un farol de descomunales dimensiones del sector, dada la cantidad de autónomos que aglutina el transporte en nuestro pais.
Ayer fue un día malo de datos económicos, dígase el máximo del euribor, el avance del paro o las previsiones corregidas de crecimiento. El goteo de pesimismo inunda la prensa económica y de actualidad a diario, y tristemente, no se están planteando medidas para curar este sangrado. Ese vacio en iniciativa, incluso para que el gobierno se equivoque haciendo algo, puede pasarnos una factura muy cara en el futuro, y creo que estamos asistiendo al comienzo de una recesión con malos visos de solventarse. Ceder al chantaje del sector no lo veo coherente, pero mirar hacia otro lado frente a la "desaceleración a la que asistimos; ZP dixit" tampoco es de recibo.
Via | El Mundo